Reseña - Nomadland: el derrumbe del sueño americano

Durante un descanso en el centro de distribución de Amazon en el que Fern (Frances McDormand) trabaja ocasionalmente, una de sus compañeras explica el origen de sus numerosos tatuajes, la mayoría dedicados a The Smiths y a Morrissey. Uno de ellos hace alusión directa al tema "Home is a Question Mark" de este último, cuya letra dice: "El hogar, ¿es solo una palabra?, ¿o es algo que llevas dentro de ti?". La frase resuena en la protagonista, y reafirma el principio con el que pretende guiarse de ahora en adelante. 

Nomadland (Chloé Zhao, 2020), principal candidata a llevarse los grandes premios en la próxima temporada, nos ofrece un vistazo a un estilo de vida muy particular, pero no de forma romántica, sino como producto de la falla de un sistema que lo prometió todo.

Nomadland reseña
Imagen: Highwayman Films, Hear/Say Productions, Cor Cordium Productions, Searchlight Pictures

En 2011, después de que Fern pierde su empleo a causa del cierre para la compañía en la que trabajaba, y que también le daba techo, esta decide vivir en su van y emprender un viaje indefinido por carretera en busca de trabajo. Viviendo todavía el duelo por la reciente muerte de su esposo, la mujer vende la mayoría de sus posesiones y se alista para comenzar una vida como nómada. 

Yendo de pueblo y pueblo, Fern encuentra dificultades no solo para encontrar trabajo, sino para afrontar el reto que significa vivir al día en lugares distintos. Su empresa se hace un poco más llevadera conforme conoce a otras personas que viven de la misma manera, como David (David Strathairn), un hombre maduro que, eventualmente, le hace una inesperada proposición.

Basada en Nomadland: Surving America in the Twenty-First Century, trabajo de no ficción de Jessica Bruder, la cinta es el tercer filme de Chloé Zhao, quien se llevó el León de Oro en la pasada edición del Festival de Venecia. Con una notable carga poética, Nomadland atina al mostrar cómo el llamado sueño americano ha quedado hecho añicos. 

Por medio de la travesía de Fern, la cual presenta imágenes y situaciones de las que Terrence Malick seguramente está orgulloso, la directora, guionista y editora realiza una meditación sobre cómo esta decepción se ha convertido en una oportunidad para reinventarse, liberarse y cumplir deseos más personales que poco tienen que ver con el dinero, el éxito y un buen estatus social. Con gran sutileza y un enfoque muy íntimo, Zhao entrega un valioso relato que exhibe la fragilidad de un proyecto de nación que parecía infalible. 

McDormand, posiblemente una de las mejores actrices trabajando hoy en día, se vale de un acercamiento extremadamente realista para encarnar a Fern, una mujer en busca de la vida digna que se le había prometido. Convencida de que la forma tradicional de vivir, aquella en la que millones lo apuestan todo para adquirir una casa que difícilmente podrán terminar de pagar, ya no es sostenible, Fern le da un sentido literal a la relación que solemos hacer entre nuestra vida y un camino. 

Con una interpretación sutil, y que no duda en mostrar las dudas que se ciernen sobre su persona mientras pasan los días, McDormand crea un personaje que se mezcla a la perfección con el estilo propio del cinéma vérité que Zhao propone.

Nomadland reseña
Imagen: Highwayman Films, Hear/Say Productions, Cor Cordium Productions, Searchlight Pictures

Resulta importante mencionar que Nomadland es tanto una creación de McDormand como de Zhao, pues fue la primera quien puso en marcha el proyecto comprando los derechos del libro, fungiendo como productora y escogiendo a la directora china para hacerse cargo. Esta colaboración da como resultado un trabajo honesto que, además de indagar en el significado del hogar, sirve para explorar las historias de los personajes con los que se cruza Fern, la mayoría interpretándose a sí mismos. Es a través de estas vivencias que las cineastas redondean su obra. Al anclar el viaje de Fern a una serie de experiencias reales, la línea entre el documental y la ficción comienza a borrarse con resultados muy convincentes.

Entre estos personajes hay varios cuyas historias de vida hacen hincapié en la desilusión y la tragedia capitalista que ha cobrado innumerables víctimas. Desconsolador resulta escuchar a una mujer decir que no tiene más remedio que seguir trabajando porque su pensión apenas le da para vivir con $500 dólares al mes. Otra cuenta cómo desea pasar sus últimos días antes de morir a causa del cáncer visitando un lugar de ensueño al que siempre había querido ir. 

Nomadland también le abre un espacio a Bob Wells, personalidad de Internet reconocida por ser fuente de inspiración para todos aquellos que quieren comenzar una vida como nómada. Sus vivencias, mandamientos y críticas a lo que llama "la tiranía del dólar" construyen buena parte del contexto en el que se desarrolla la trama.

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Imagen: Highwayman Films, Hear/Say Productions, Cor Cordium Productions, Searchlight Pictures

En la segunda parte de la película, Zhao involucra a Fern en dos situaciones sumamente incómodas para ella, las cuales dejan al descubierto los cuestionamientos que se hace sobre lo que quiere. En un primer momento, cuando acude con su hermana para pedirle dinero prestado, Fern se enfrenta con su familia política al sentirse aludida por sus comentarios influenciados notablemente por una vida basada en un lado muy voraz del capitalismo. En esta misma secuencia, la hermana la defiende declarando el respeto que siente por la aventura que ha iniciado, la cual compara con la de los pioneros que crearon su país. Sus palabras parecen ser una referencia intencional a la estructura de la cinta, un western contemporáneo desde cierto punto de vista. Y aunque ese género siempre se enorgulleció del nacimiento de una nación, este filme más bien relata la caída de todo lo que se construyó desde aquel momento.  

Más adelante, cuando David le hace una oferta que va en contra de su nuevo estilo de vida, la mujer se pregunta si realmente podría regresar a lo que una vez fue. Estas dudas enmarcan la incertidumbre que experimenta, pero suya a fin de cuentas. He ahí la parte más importante de su nueva faceta como nómada.

Muy al principio, cuando la protagonista se prepara para salir a la carretera, una conocida se le acerca para extenderle su apoyo; la hija de esta también lo hace a su manera, pero le pregunta si es verdad que está viviendo en la calle. "No estoy en la indigencia, solo sin casa", contesta tajantemente. Quizá recordando la letra de Morrissey, Fern defiende el concepto con el que piensa construir la última parte de su vida. ¿Realmente el hogar está debajo de un techo que, casi todo el tiempo, es propiedad de un banco? Rechazando distintas oportunidades de ser admitida en uno nuevo después de perderlo todo, Fern todavía no está segura de cuál es su hogar, pero lo que sí sabe es que ya no tiene prisa por encontrarlo.

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