Reseña - Dogman: golpes, perros y tentaciones

Perro que ladra no muerde. ¿O sí? En la vida de Marcello (Marcello Fonte), protagonista de Dogman, el refrán tiene mucho sentido, aunque siempre hay una excepción para la regla, la cual puede ser suficiente para causar una total devastación. En su penúltima cinta, misma que apenas recibe distribución en México, Matteo Garrone, se interna nuevamente en el mundo criminal para hacer un estudio del impacto de este estilo de vida en una persona aparentemente ordinaria.

A diferencia de la épica desplegada en la aclamada Gomorra la década pasada, el italiano ofrece una mirada más íntima hacia un entorno de violencia y abuso que aterroriza a toda una comunidad, dinámica que termina arrastrando a Marcello hacia un sitio inesperado.


En un suburbio italiano olvidado, Marcello se gana la vida como estilista canino. Su habilidad y tacto con los clientes peludos le ha valido no solo el respeto y cariño de sus vecinos, sino también de su hija Alida (Alida Baldari), lo único que le importa más que sus perros. Aunque Marcello vive de su negocio, el dinero no le alcanza para llevar a Alida de vacaciones, por lo que también distribuye cocaína a amigos y conocidos.

Pero el hombre carga con un gran peso: Simone (Edoardo Pesce), un maleante con un temperamento explosivo al que también le vende droga. Obligado siempre a cometer fechorías por el temible tipo, Marcello eventualmente se ve involucrado en un crimen que pone en jaque todo lo que ha construido.

En Dogman, Garrone construye un personaje único y entrañable. Aunque calmar a los perros más feroces (y usualmente más grandes que él) es una de sus más notorias habilidades, Marcello es conocido por su carácter apacible y buen humor. La reputación que ostenta es algo muy importante para él, y nunca pensaría ponerla en riesgo, a pesar de que en secreto provee de droga a gente cercana; todo sea por la pequeña Alida.

El único problema en su vida es Simone, quien lo controla a placer llevándolo a tomar las peores decisiones. Si bien él es el que suele poner a perros en jaulas y lograr que estos hagan lo que desee, su indeseable "amigo" es quien ha creado para él una jaula hecha a la medida.


Fonte, ganador del premio al Mejor Actor en el Festival de Cannes en el 2018, entrega una actuación memorable como este bonachón amante de los perros. Su vibra positiva pronto contagia al espectador, poniéndolo de su lado a pesar de la estupidez que demuestra siempre que Simone se encuentra cerca.

De cualquier manera, su gran corazón es determinante para darle una oportunidad. En una escena que promete impactar a cualquier defensor de los animales, Fonte se gana a todo el mundo con una demostración de heroísmo y enorme empatía. Sin embargo, estos rasgos serán inservibles para poder lidiar con la situación más apremiante.

Aunque la personalidad de Marcello invita a preocuparse por lo que pasará a continuación, resulta imposible pensar que las cosas han escalado únicamente por su culpa. Haciendo de oídios sordos cuando sus amigos proponen una solución para acabar con el problema que representa Simone, el estilista encuentra irresistible al nefasto individuo por distintas razones.

El peligro e indiferencia que derrocha es también puerta hacia algunas cosas que él nunca podría alcanzar por sí mismo, como la atención de una bella mujer en un club nocturno, o una noche de desenfreno con cocaína al por mayor. Estos placeres son demasiado irresistibles como para no disfrutarlos. El diablo se le ha aparecido, y la tentación es enorme.


Pero todo se sale de control cuando Simone comete un importante crimen que deja como único culpable a Marcello, haciéndolo pagar sumamente caro. Dogman adquiere un tono más sombrío a partir de este momento. La vida del endeble protagonista ya nunca será la misma. La jaula en la que ha estado cerrado todo este tiempo ya es insoportable, pero había que tocar fondo para encontrar la llave y salir de una vez por todas.

Es así como en su cabeza se gesta finalmente lo que el espectador y todos los habitantes de la comunidad han deseado desde el principio: deshacerse de Simone. El perro que lo ha mordido todo este tiempo debe ser sacrificado.

Dogman es una tensa y puntual exploración de la identidad de un hombre que provoca lástima y respeto por igual.

Su relación tóxica con Simone es inexplicable, pero resulta imposible juzgar a un hombre que se desvive por los perros y su hija. Garrone cuenta una simple historia del fuerte contra el débil en la que el mayor actor de violencia no es la brutal golpiza que recibe Marcello, o el sangriento final que ocurre dentro de las paredes de su estética, sino más bien el harakiri que ha perpetrado, dejándolo solo a pesar de haber puesto las cosas en orden de una vez por todas.

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