Hace algunos años, Phoenix imaginaron una "versión fantástica de Italia" para concebir Ti Amo, su sexto álbum de estudio. El gelato, la campiña, las ruinas romanas y una peculiar nostalgia inspiraron uno de sus mejores trabajos hasta ahora. En el apartado sonoro, el concepto se desenvuelve como un sueño de algo idílico, casi como unas vacaciones que quisiéramos duraran para siempre, pero ¿qué pasaría si esto se hiciera realidad? Eso es justo lo que el grupo pretende que descubramos en su mini residencia en CDMX.
Tras haber llevado el show a París, Los Ángeles, Nueva York y Tokio, los franceses decidieron cerrar un ciclo en nuestro país, lugar que los ha recibido con los brazos abiertos en varias ocasiones en el pasado reciente. Por supuesto, ya no resulta nada raro ver a una banda o artista abrir dos o más fechas durante sus visitas en México, pero pocos o casi nadie hacen lo que Phoenix: una experiencia que va más allá de la música.
No hace mucho, el cuarteto fue parte del Corona Capital. En aquella ocasión, pudimos presenciar un espectáculo sumamente intenso en el que destacó no solo la energía de Thomas Mars, vocalista, sino varios detalles visuales, como un enorme espejo y animaciones minimalistas pero muy llamativas. Esta vez, la banda prescindió de algunas de estas cosas, pero la calidad continuó siendo la misma.
Y aunque Phoenix salieron al escenario ya muy entrada la noche, los fans que llegaron temprano a El Plaza Condesa comenzaron a vivir la experiencia incluso antes de entrar al foro.
Al llegar, una enorme manta anunciando la residencia celebraba la unión francomexicana, una casi imposible de imaginar hace unos cuantos cientos de años. Curiosamente, al ingresar, los primeros detalles que se percibían hacían alusión a una tercer nación: Italia. Faltaban todavía unas horas para que comenzaran las actividades en el escenario, pero los asistentes tenían a la mano una serie de actividades y oportunidades fotográficas para hacer más placentera la espera. Gelato, sándwiches gourmet, sake y hasta una máquina expendedora con todo tipo de souvenirs (desde discos hasta calzones) daban la impresión de que estábamos dentro de una divertida quermés. La decoración incluso llegaba a los baños, donde varias pintas alusivas a Ti Amo (hechas por el mismo Thomas) iban poniendo en ambiente a los fans.
Pero eso apenas era una parte de la experiencia, pues el acto en vivo de Phoenix haría el resto.
Hacía mucho tiempo que la agrupación no se presentaba de forma estelar en México, por lo que estos íntimos shows resultaban la oportunidad perfecta de ver en todo su esplendor a Phoenix, quienes han tenido problemas para mantener su estatus de headliner, pero no debido a un mal trabajo, sino a los tiempos cambiantes y las nuevas tendencias. De cualquier manera, Mars y compañía constataron nuevamente que en México siempre serán considerados ídolos.
Y como si el público no estuviera lo suficientemente emocionado de verlos nuevamente, haber soltado "J-Boy", "Lasso", "Entertainment" y "Lisztomania" una tras otra al inicio llevó los ánimos hasta el techo. Unos cuantos minutos y la gente ya estaba empapada de sudor, pero había que permanecer de pie, pues esto apenas comenzaba.
El set tuvo la duración adecuada: veinte temas en casi dos horas; no se podía esperar menos.
Como es usual, Phoenix fusionaron varios de sus temas, como "Trying to Be Cool/Drakkar Noir" y "Too Young/Girlfriend". Aunque estábamos en un concierto inspirado en su reciente álbum, la banda recorrió toda su discografía, llegando incluso a sus primeros años para interpretar otra mezcla, la de "If I Ever Feel Better/Funky Squaredance". En este momento, siguiendo la costumbre, Mars se aproximó al público para sentirlos de cerca. El respeto era mutuo.
El vocalista se mostró agradecido en todo momento y abrió algunos espacios para interactuar con el público; incluso hubo un instante para llevar a cabo una rifa, con la que una afortunada ganadora pudo subir al escenario para recibir un misterioso premio y saludar a los músicos. Después, Mars reveló que han estado grabando un nuevo disco, por lo que posiblemente podremos escuchar noticias en los próximos meses.
El concierto continuaba, la gente seguía emocionada, y los éxitos no dejaban de aparecer. "I love you, Ti amo! Je t'aime! ¡Te quiero!", cantaba Mars como una declaración hacia sus seguidores en "Ti Amo". Su nuevo material sonaba mejor que nunca, pero también el viejo. Quienes los conocimos con "Long Distance Call" o "Rally" no podíamos estar más agradecidos.
Para el encore hubo algunos problemas técnicos y Mars tuvo que improvisar con el guitarrista Christian Mazzalai para ejecutar una versión reducida de "Countdown", lo cual significó uno de los momentos más emotivos del show.
Cerca del final, Mars apareció en una cabina de teléfono apostada frente a al escenario para contestar la llamada de sus compañeros e interpretar "Telefono". Pero todavía faltaba un poco más. Después de "1901", favorita de todos, el vocalista se lanzó al público mientras los demás tocaban una versión instrumental y extendida de "Ti Amo". La gente fue respetuoso y amigable con su estrella, a quien llevaron por todo el recinto con sumo cuidado. Al final, este regresó sano y salvo para despedirse y concluir la primera noche de la residencia.
No hay duda que el otro par de fechas seguramente tendrán más sorpresas, así que sería un grave error dejar de ir a ver a Phoenix. Diversión garantizada.
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