Reseña: Ladytron @ El Plaza Condesa, México 2019

Empecé a escuchar a Ladytron en la prepa. La verdad es que no recuerdo cómo los conocí. ¿Un amigo? ¿Una descarga en Ares? ¿Sus discos importadas que vendían en Mix Up? Lo cierto es que nunca sonaron demasiado como abrirse camino en un panorama musical que comenzaba a abarrotarse de propuestas similares y más amigables. En ese entonces sonaba su grandioso Witching Hour, el cual mostraba una mayor ambición sin dejar de su lado propuesta arraigada en el shoegaze y un synth pop agresivo. 

El tiempo pasó y no solo llegó un nuevo disco (Gravity the Seducer), sino mi primera oportunidad de verlos en vivo. Solo había una cuestión: el concierto, extrañamente, se realizaría en Six Flags, parque que acogió a varios actos de electrónica con cierta fama en esos tiempos. La travesía sería larga, pero quizá valdría la pena.


Por supuesto que no valió la pena. Una intensa lluvia, un lugar semivacío, pésimo sonido y un setlist de apenas una docena de temas significaron una tremenda decepción. Después, el grupo desapareció del radar, y aunque no habían anunciado formalmente su disolución, parecía que nunca más volveríamos a saber de ellos.

Todo cambió el año pasado, cuando anunciaron su regreso a la escena con un nuevo disco, el cual salió apenas hace unas semanas y que demuestra que el largo receso que se tomaron les sirvió para concentrase una vez más y retomar el camino. Luego vino el inevitable anunció de presentaciones en vivo, solo un puñado, pero entre las que inesperadamente figuraba México. Esta vez tocarían en un foro de verdad, como lo es El Plaza Condesa, y con nuevo álbum bajo el brazo. Ahora sí que valdría la pena una nueva travesía.

Afortunadamente, Ladytron no decepcionaron en este show en el que se reencontraron con su viejo público. Probablemente los mismo que estábamos en Six Flags en aquella ocasión nos dimos cita en el Plaza para darle una nueva oportunidad a un grupo que definitivamente se la merecía.


En su nuevo disco homónimo, el cuarteto de Liverpool (no, ese no) incorpora algunos elementos más pesados, como una batería más pronunciada´(ejecutada por Igor Cavalera, ex Sepultura) y un sonido que Pitchfork califica como "malévolo". Se trata de una acertada expansión de su repertorio y a la cual pudimos dar un vistazo anoche.

Helen Marnie y Mira Aroyo, escoltados por sus compañeros Reuben Wy y Daniel Hunt, se convirtieron en el rosto de la banda por hora y media. Marnie, quien ha emprendido también una carrera como solista, fue principalmente quien tomó el control del escenario, pues a diferencia de ella, Aroyo prefirió escudarse en sus secuencias saltando solo ocasionalmente al frente del micrófono para cantar sus famosos e incomprensibles (para nosotros) versos en búlgaro.

Con un baterista y otro músico a cargo de más sintetizadores, Ladytron redondeaba una alineación que deleitó al público con sus nuevas canciones y algunos de sus temas más representativos.

A diferencia de aquel infame concierto en el parque de diversiones, el sonido ahora sí estuvo de su lado. El poder de "Soft Power" y "Ghosts" se sentía hasta la parte más lejana del foro. Esa intensidad gradual que construyen varias de sus canciones generaban un aura de expectación entre el público. Los saltos, coreos y bailes eran esporádicos, pues todos estaban atentos a lo que hacían Marnie y sus compañeros.


El contacto con los seguidores fue el de siempre: "Estamos muy contentos de estar aquí", "gracias por venir", "ya había sido muchísimo tiempo", etc. A pesar de estos clichés, la banda dejó en claro que su ausencia extendida no causó estragos en sus habilidades. Además, este fue apenas el cuarto o quinto concierto que dan desde su reunión, por lo que debemos admitir que estuvieron a la altura. Ladytron no son conocidos por ofrecer muchos shows, por lo que cada uno debe ser muy especial para ellos.

Desde hace semanas se notaba que los organizadores estaban teniendo problemas para vender boletos; sin embargo, El Plaza de veía casi repleto. Aunque al menos un tercio haya entrado gratuitamente, el interés por Ladytron permanece intacto, considerando el alcance que han tenido durante toda su trayectoria.

Como era de esperarse, los temas más longevos fueron los que despertaron la euforia de sus seguidores. La emblemática "Discotraxx", el minimalismo de "Seventeen" y la fuerza de "Destroy Everything You Touch" fueron quizá los momentos más destacados de la noche, aunque la interpretación de "The Island", uno de sus más recientes sencillos, dejó una muy buena impresión sobre su nuevo material. Por si fuera poco, el grupo presentó por primera vez en vivo otros de los cortes que componen su nuevo álbum

Ladytron están de regreso y vaya que hacían falta. Esperemos que se queden con nosotros aunque sea por un tiempo más.

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