Lady Bird: el encanto del caos adolescente

En Lady Bird, los personajes adolescentes de la cinta pasan por todo tipo de pequeñas crisis características de la edad. Algunos empiezan a percatarse de su existencia, otros están justo en medio de ellas, y unos más ni siquiera saben que las están viviendo. De entre todos ellos, Christine, o "Lady Bird", como exige ser llamada, es la más singular, no solo por sus problemas, sino por la manera en que busca hacerse notar en un mundo juvenil, mismo que la enfrenta ante una serie de situaciones que ponen a prueba su identidad y su valía como persona. En esta película, el espectador es testigo de una historia de madurez en la que una carismática protagonista nos deja dar un vistazo a su peculiar vida y a las de los que la rodean.

Christine "Lady Bird" McPherson (Saoirse Ronan) es una problemática alumna de una preparatorio católica cursando su última año antes de irse a la universidad. La chica, quien no tiene el mejor aprovechamiento en la escuela, tiene una relación difícil con Marion (Laurie Metcalf), su madre, quien la tacha de ingrata por sus actitudes al ver que su familia pasa por un momento económico muy complicado. Con el final del año al acecho, "Lady Bird" comienza a preocuparse por distintas cosas, como el baile de graduación, su legado dentro de la institución y, lo más importante, lograr entrar a un colegio de renombre. Mientras la relación su madre empeora y su vida amorosa pasa por distintas etapas, la adolescente se prepara para dejar todo atrás y cumplir sus sueños.


Greta Gerwig, baluarte del cine independiente, hace su debut en solitario como directora con Lady Bird, una historia semi autobiográfica que, según sus palabras, no ocurrió literalmente, sino que más bien representa una serie de situaciones que fueron familiares para ella. Remontándose a una época tan crucial en Estados Unidos y el mundo como lo fue el post 9-11, Gerwig elabora un retrato adolescente de una joven en busca de su propia identidad y, sobre todo, de la aprobación y cariño de su madre. Si bien la cinta es una sobre madurez y encontrar el rumbo, la trama hace énfasis en la relación madre/hija y en esos instantes en los que nos detenemos para preguntar si todo está bien y que usualmente pasamos por alto.

"Lady Bird" es una chica inquieta e impetuosa. Según ella, sus sueños son más grandes que la aburrida ciudad de Sacramento y los de todos sus habitantes; sin embargo, varias persona alrededor de ella tratan de traerla vuelta a la realidad a la fuerza, como su orientadora vocacional y hasta su propia madre, quien sabe que pagar una carrera en una prestigiosa universidad no es más que un disparate. A "Lady Bird" no le gustan las imposiciones, de ahí la renuencia a usar su nombre de pila y el gusto por llamarse a sí misma con el poco convencional sobrenombre. El único que parece darle su espacio y respaldar sus objetivos es Larry (Tracy Letts), su padre, un hombre deprimido que encuentra cierta paz en poder complacer a su hija. "Lady Bird" suele ser el centro de atención, pero eso no la hace precisamente popular, pues las palabras que salen de su boca son tan mordaces como filosas.


En busca de esa identidad, "Lady Bird" construye una individualidad tomando cosas prestadas de aquí y por allá. Desde aparentar conocer buena música hasta fingir ser rica, la chica trata de hallar eso que la haga única sin distinguir realmente las contradicciones a las que se expone constantemente y que generalmente hieren a alguien más o a ella misma en el proceso. Pero todo esto es parte de la adolescencia, una etapa en donde el pequeño caos se traduce en una serie de experiencias que forjarán su carácter, para bien o para mal. Las decepciones también son parte fundamental de la ecuación y "Lady Bird" pronto se topa con ellas. Es aquí donde el papel de su madre resulta tan decisivo, ya que su respaldo incondicional, a pesar de su estricta posición, la ayudan a sortear estos momentos apremiantes.

En esta película, cada quien hace lo que puede. El padre mantiene a su familia mientras conlleva la difícil situación económica, su hermano se decide a conseguir un mejor empleo, uno de los chicos de la escuela lidia con una revelación sobre su propia sexualidad, uno de los sacerdotes lucha contra sus propios problemas frente a los alumnos y su mejor amiga saca las mejores calificaciones sin la esperanza de obtener una educación de ensueño. Cada uno de estos individuos enfrenta sus propios demonios en un panorama no tan alentador, un reflejo del nuevo modo de vivir estadounidense del Siglo XXI en el que el contexto social no supone un alivio. Afortunadamente, cada uno de ellos encuentra en las pequeñas cosas una salvación personal que los hace felices, aunque sea por unos instantes.


Al tratarse sobre la tensa interacción entre madre e hija, Ronan y Metcalf destacan bajo la dirección de Gerwig, quien puntualiza esa bipolar relación que va desde tirarse de un automóvil en movimiento hasta ir juntas a ver lujosas casas que nunca podrán comprarse. El estilo que la directora ha desarrollado evoca al de directores con los que ha trabajado, sobre todo el de Noah Baumbach, otro realizador que explora las relaciones humanas contemporáneas en sus obras. Sea como sea, y aunque sus recursos narrativos todavía se vean un poco limitados, Gerwig adquiere una voz de autora que seguramente se refinará con el tiempo. Es en los diálogos donde esta ha encontrado su fuerte como cineasta.

Entre los personajes secundarios podemos toparnos con un Timothée Chalamet que cualquiera odiará después de haber llorado y sufrido con él en Llámame por Tu Nombre.

"¿Qué tal si esta es la mejor versión de mí?" declara "Lady Bird" decepcionada a su preocupada madre. Hay algo sumamente auténtico en la ordinaria y desordenada vida de la protagonista. El poder tener la posibilidad de cumplir sus sueños mantiene intacta su desfachatada personalidad y el gusto por llamar la atención de una forma muy sutil. Algunas cosas simplemente no cambian, pero he ahí su encanto. "Lady Bird" añora la aprobación de una Marion que también es la mejor e imperfecta versión de sí misma, una madre rigurosa que a veces le cuesta trabajo expresarle su amor a una chiquilla revoltosa, algo tan natural y justamente lo que nos hace recordar nuestras propias experiencias familiares.

Comentarios