En el punto más alto de su carrera, habiendo lanzado uno de los probables mejores discos del año y completamente revitalizados, The xx hicieron su esperado y casi improvisado regreso a México con un pequeño pero intenso show que prácticamente englobó todos los grandes temas que comprenden su discografía hasta ahora.
En un supuestamente renovado Pabellón Cuervo, un foro alterno al Palacio de los Deportes que parece una bodega pobremente acondicionada para recibir conciertos y con una de las peores acústicas de todos los recintos de la ciudad, el trío británico hizo su aparición ante el apabullante recibimiento del público. Los estruendosos gritos y los infinitos aplausos fueron uno de los distintivos de la noche, pues estos se escuchaban mejor que la voz de Romy Madley Croft y Oliver Sim. De cualquiera manera, los jóvenes músicos no decepcionaron y tradujeron todo el apoyo con una suculenta selección musical.
El terrible sonido no fue impedimento para que cientos de personas disfrutaran de los grandes éxitos a pesar de que tenían que pasar varios segundos para poder saber de cuál se trataba. "Islands" y "Crystalised", dos de sus temas más conocidos, ponían el ambiente adecuado para la noche. Oliver y Romy se mostraban abrumados por el increíble ánimo del público; atrás, Jamie XX, totalmente concentrado, proporcionaba los beats y usaba a sus compañeros y amigos como ejecutores de su gran talento musical.
I See You, su tercer y aclamado disco, representa un cambio en la dirección sonora de la banda, una basada en los sampleos, en el dance y varios pequeños detalles que dotan de otra dimensión a sus composiciones. Tal es el caso de "Lips", cuyo hipnótico ritmo tropical poseía a cada uno de los asistentes y los hacía juntar los cuerpos de un lado a otro. Por otro lado, el Pabellón se convertía también en una enorme pista de baile con "I Dare You" y un beat al que era imposible resistirse. Al final, Romy y Oliver se acercaban y se miraban fijamente el uno al otro mientras tocaban las últimas notas. Un tierno momento sin duda alguna.
La influencia de Jamie sobre el nuevo material es indiscutible, pero también en el show en vivo, basta con recordar la última parte del set principal, en donde "Dangerous", "Fiction" y "Shelter", estas dos últimas en versiones distintas, más pesadas y con una orientación completamente dance, dejaban en claro la mano de Jamie, su gran pasión por el rave y su constante deseo por experimentar y mezclar. Por supuesto, "Loud Places" y su icónico sampleo dejaba la velada en puntos suspensivos, pues todavía faltaba un poco más.
Cabe destacar que Jamie y compañía también presentaron versiones más lentas de temas cuyo ritmo original es mas rápido, como "Sunset" o la misma "Crystalised".
Casi todas las canciones fueron coreadas, pero pocas como "On Hold", ese triste himno a la terquedad romántica y con el que el trío comenzaba un breve encore. Agradecido infinitamente con su público, declarando su amor por el país y el placer que siente siempre por tocar aquí, Oliver se dio el lujo de revelar que serán uno de los actos principales del Corona Capital en noviembre próximo. Vaya noticia ¿o no? Sea como sea, la noche no podía terminar sin la mágica y desgarradora "Angels". Las crueles notas de guitarra de Romy y su dulce voz ponían fin a un buen show de una banda que ha crecido enormemente pero que se mantiene humilde ante todo.
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