Brett Morgen, aclamado documentalista nominado a un premio Óscar, fue el encargado de llevarnos de la mano hacia lo más recóndito de la vida de Cobain. Con la bendición de Courtney Love, el apoyo de Frances, su hija, y acceso a cientos de escritos, cintas, dibujos y más pertenencias de Kurt, Morgen ha podido armar el retrato definitivo sobre uno de los íconos más representativos del rock de los últimos 30 años. Tal y como menciona el director en una entrevista que acompaña la película, la intención del proyecto era desmitificar de una vez por todas al hombre y construir con detalle la vida que en todo momento trató de alejar de la mirada de la prensa. No se trata de puro voyerismo, sino una oportunidad de intimar con Kurt para adentrarnos en lo más profundo de su perturbada mente.
Montage of Heck no es un documental convencional. Morgen invitó a las personas que en su momento fueron más cercanas a Kurt. Sus padres, su madrastra, su hermana, Tracy Marander (su primera novia formal) Krist Novoselic y Courtney, por supuesto, son quienes aportan un poco de sus experiencias con él en distintas etapas de su vida y en varias de sus roles como hijo, novio, amigo y compañero. En uno de los tantos escritos presentados en la película, Kurt se expresa de sí mismo como la fusión de una pizca de las personalidades de cada uno de los individuos que impactaron su vida. Así, cuando escuchamos lo que cada uno de ellos tiene qué decir al respecto, no es solamente lo que mencionan lo que ayuda a construir su persona, sino la manera en cómo lo hacen. Está Don Cobain, el padre, por ejemplo. Quizá la más incómoda de las entrevistas, al anciano se le ve nervioso, retraído y cuyos recuerdos solo nos hablan de una época triste para el Kurt adolescente. Aunque más adelante el músico afirma ser totalmente diferente a su padre, hay algo familiar en el padre y en sus palabras en donde podemos encontrar algo de culpa. Por otro lado, Courtney, desfachatada, irreverente y llena de vitalidad a pesar de su adicción a la heroína, nos deja en claro el porqué eran el uno para el otro.
¿Y por qué estamos hablando de algo poco convencional? Morgen, dándose cuenta de que había que hacer algo más para poder materializar la creatividad de Cobain, tomó la decisión de usar distintas técnicas de animación que traen a la vida sus dibujos de pesadilla, los cuales son un pasaje directo a sus más oscuros pensamientos. De igual manera, para llenar los huecos de su atribulada adolescencia, varias soberbias secuencias bellamente animadas son acompañadas por algunas de sus narraciones grabadas. Destaca una en especial con cierto aire lynchiano en la que revela su primera y fallida relación sexual con una mujer a la que más tarde llama grotesca. Morgen pone a la película The Wall como su más grande inspiración, pues la sucesión de las animaciones, los videos caseros, las grabaciones y las fotos dejan al espectador en total incertidumbre de lo que vendrá a continuación.
Mucho se ha hablado de la ausencia de Dave Grohl. Aunque aparece en varios momentos, sobre todo en entrevistas de televisión, la ahora súper estrella no fue requerida para una entrevista. Se podría pensar que su testimonio resultaría de gran valor para la construcción definitiva de Cobain, pero lo cierto es que difícilmente habría aportado algo distinto a lo que Love o el mismo Novoselic dicen en la cinta. Desde una humilde opinión, su presencia significaría un distractor para el asunto. Su estatus de ídolo musical no encaja en las íntimas conversaciones que aquí se llevan a cabo. Cada quién tendrá su opinión al respecto, pero tal y como dice Morgen, esto no es un documental sobre Nirvana, sino sobre Kurt Cobain.
Montage of Heck nos presenta a alguien lleno de amor para los que de estuvieron a su lado. Los videos caseros nos dejan ver la gran pasión que desbordaba cuando estaba cerca de Love. Algunos instantes también son difíciles de ver, como aquellos en donde la adicción de ambos les conducen a las más erráticas vivencias. Pero al final, es en su relación en donde se aprecia el lado más afectivo del músico. Y en el proceso, Morgen ha dado al mundo toda una nueva perspectiva acerca de Coutney Love. Conocida como la madre embarazada que se inyectaba heroína, la codiciosa, la ramera y la que los más radicales acusan de la muerte de su esposo, la mujer sobresale como una verdadera compañera, una madre amorosa y como una de las anclas que mantenía a Kurt en este mundo. Tras ver todo esto, uno no puede dejar de pensar en lo traumático que debió de haber sido para ella.
Y claro, uno de los personajes principales de esta historia, aunque no tenga ni una sola línea, es Frances, aquello por lo que Kurt decía que valía la pena vivir por encima de su propia existencia. Las escenas en donde la vemos jugando con su padre son conmovedoras. Kurt el padre. ¿Quién pensó que alguna vez podríamos ver esta faceta suya?
Montage of Heck está lleno de emotivos episodios. Su inocencia durante la infancia, sus monumentales conciertos con miles de fanáticos entregándosele por completo, su tan llamado funeral montado por el mismo en el Unplugged de MTV... Morgen ha conseguido armar la imagen más completa que se tenga de esta leyenda que se rehusó a serlo, de un hombre que solo quería ser auténtico, de un padre que no quería que nadie lastimara a su hija, de alguien que solo quería amar, de Kurt Cobain, el tipo común y corriente que tocó nuestros corazones sin querer hacerlo.
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