Mapa a las Estrellas: una sátira del mundo de la farándula

A veces es extraño ver a Hollywood criticando a Hollywood. No es que David Cronenberg sea parte del sistema per se, pero el hecho de ver a estrellas como Julianne Moore (la más reciente ganadora del Óscar como Mejor Actriz y su equivalente en Cannes), Robert Pattinson o John Cusack encarnando distintas facetas de este decadente mundo puede resultar contraproducente. Birdman lo hizo el año pasado de una forma menos directa, pero al fin y al cabo saliéndose con la suya; en su lugar, Mapa a las Estrellas evita cualquier compromiso y nos deja ver de cerca lo falso, lo hipócrita, y lo retorcido de lo farándula, sin evitar también caer en lo ridículo y lo excesivo.

Havana Segrand (Moore) es una veterana actriz cuya presencia poco a poco se ha diluido en Hollywood. Buscando nuevamente los reflectores, Havana se empeña en conseguir el papel de una nueva versión del clásico protagonizado por su madre, cuyao recuerdo no la deja vivir en paz, pues el abuso sufrido de su parte y las constantes comparaciones con ella se han hecho insoportables. Por otro lado está Benji (Evan Bird), una estrella adolescente protagonista de una franquicia de millones de dólares que sufre los estragos de la fama al ser adicto de diversos tipos de sustancias y tratar a todo mundo como si fueran sus esclavos. Cuando comienza la producción de un nuevo episodio de la popular serie de películas, Benji tendrá que dejar la mejor impresión a los directores para seguir siendo el rostro de estas, aunque eso signifique alejarse de las drogas y mantener una conducta aceptable.

El nuevo trabajo de Cronenberg, el primero de un relativo alto perfil después de las desapercibidas Cosmópolis y Un Método Peligroso, es una sátira del vacío que existe dentro del espectáculo. Sus personajes están claramente basados en personalidades reales y varios de los comentarios de estos nos remiten a ciertas acontecimientos que igual hemos leído en los últimos años en todo tipo de tabloides. Mapa a las Estrellas está anclada a la realidad a través de todo ello, pero la gran cantidad de referencias aquí y allá no la dejan nunca desenvolverse como uno quisiera. La manía por tratar de hacernos ver que esto es una crítica a Hollywood y todo de lo que está hecho le resta cierta seriedad al trabajo, en el que en realidad la trama queda en segundo plano; y cuando finalmente trata despegar, todo luce demasiado ridículo para poder involucrarse.


Además de seguir la vida de Havana y Benji, Cronenberg y su guionista nos presentan a Agatha (Mia Wasikowska), una misteriosa y perturbada chica que llega a Hollywood con la esperanza de encontrarse con su familia perdida. Eventualmente, la joven, quien luce visibles cicatrices de quemaduras en la piel provocadas por un incendio, termina por ser el vínculo que une las vidas de todos los personajes, algunos relevantes y otros no. Robert Pattinson, quien interpreta a un conductor de limosina aspirante a actor, es una de las víctimas del guión, pues su presencia se limita a ser el interés amoroso de Agatha y un objeto del que otro de los personajes dispondrá a su antojo. De igual manera, los padres de Benji, interpretados por John Cusack y Olivia Williams, nunca terminan por encajar del todo en esta historia, o más bien, su rol no llega a ser una diferencia activa. Es su pasado lo único que influirá al desarrollo.

Mapa a las Estrellas, además de contar con incontables referencias a la cultura pop, tiene también episodios extraños que van desde la aparición de fantasmas hasta situaciones dignas de una telenovela. La locura de estos personajes parece darse por sentada por el mero hecho de pertenecer al mundo del entretenimiento.

Las obras de Cronenberg nunca se han reservado nada y su nuevo trabajo no resulta la excepción; sin embargo, lo plástico que emana de todos sus protagonistas de alguna forma ha contagiado a la narrativa, la cual tiene prácticamente todos los ingredientes, el problema es claramente la forma en que todos estos fueron mezclados.

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