Las 10 curiosas cosas que hicieron del concierto de Sharon Van Etten en México algo único

Tras cuatro álbumes de estudio y seis años de carrera, Sharon Van Etten finalmente llegó a nuestro país para demostrar el porqué es considerada una de las cantautoras más fascinantes de la actualidad. Con la idónea atmósfera de El Plaza Condesa a su disposición, recinto que contó con una pequeña pero leal audiencia, la estadounidense logró cautivar con la sutileza de su voz, una notable ternura y la gran conexión que logró con su gente.

Aunque el show se pasó en un abrir y cerrar de ojos, no hay duda de que se convertirá en algo especial para quienes estuvieron presentes y para la misma artista, pues la conversación sostenida entre canciones fue tan amena como apreciar su talento sobre el escenario. Tras su presentación, podríamos decir que conocemos un poco más de Sharon Van Etten y que ella conoció bastante bien a su público mexicano.


¿Y qué fue lo que pasó entonces esa noche? A continuación las diez cosas más curiosos que tuvieron lugar en aquella velada:

  • La banda abridora, Haciendo el Mal, fue acogida por la audiencia en todo momento a pesar de las fallas técnicas y el aparente nerviosismo de sus vocalistas. La belleza de estas de no pasó desapercibida y los piropos no se dejaron esperar. Aunque no lo hicieron mal, la ejecución de su última canción fue tan lastimosa que nadie se atrevió a recriminarles nada. Mejor suerte para la próxima.
  • La banda de Sharon está conformada por un bajista, un guitarrista, una tecladista y un baterista. Ella se mueve entre el omnichord, la guitarra eléctrica y la acústica. Sus músicos hicieron un muy buen trabajo y nadie nunca se imaginó que un concierto como este podríamos presenciar un genial solo de guitarra.
  • El español de la artista causó ternura entre el público. El mal uso de los pronombres, los errores en la conjugación y su constante duda por saber cómo se traducía el nombre de sus canciones provocaron una infinidad de "awwww" entre la gente.
  • Los "marry me", "fuck me", "i love you" y demás fueron proporcionalmente equivalentes al número de notas tocadas en el concierto. Como dato curioso, Sharon le respondió que en verdad no querría casarse con ella al que se lo preguntó.
  • La canción nueva que tocó sin la ayuda de su banda fue de lo mejor de la noche. Dijo no tener nombre todavía para ella y que eventualmente la lanzará, pero que lo único que nos podía decir ahora era que trataba sobre su novio.
  • La interpretación de "Serpents" fue soberbia. Sharon nos presentó una versión mucho más rápida de uno sus temas más conocidos. Esta también terminó con otro pequeño solo de guitarra de su músico de apoyo.
  • Sharon olvidó la letra de una sus canciones por unos momentos. La risa entre público no se hizo esperar.
  • Un shot de lo que probablemente era tequila fue lo único que Sharon bebió durante la hora y media de presentación.
  • El setlist que tenían preparado fue algo distinto al que realmente tocaron.
  • Al término del concierto, Sharon salió para encontrarse con los fanáticos que la esperaron. Por más de una hora estuvo recibiendo a todos y cada uno de ellos para dar autógrafos, tomarse fotos y charlar uno o dos minutos. Más humilde, imposible. Fue aquí donde, extrañamente, la cantante se encontró con un compañero de la prepa. Hablaron un par de minutos y esta le pidió que se encontrasen más tarde para platicar a gusto. La sorpresa y alegría de Sharon fue percibida por todos.

Sharon Van Etten ofreció una velada de esas que pocas veces se ven, una en la que la artista en cuestión realmente sale expectante al escenario y dispuesta a encontrarse con sus seguidores. La joven cantante hizo reír, gritar y hasta llorar en distintas ocasiones y no cabe duda que su timidez inicial fue quizá su mayor gancho. Pocas son los artistas así de simples, amables y humildes. Un aplauso para Sharon.

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