En 2009, un joven director sudafricano tomó al mundo por sorpresa con una cinta de ciencia ficción sin igual, quizá la primera en años que finalmente entendía el concepto del género y cuya idea rompía con los obsoletas y desgastadas máximas concebidas por Hollywood dentro de este tipo de películas. Con Sector 9, Neill Blomkamp dejó en claro que la ciencia ficción no son batallas en el espacio, ni violentas invasiones extraterrestres o descomunales batallas entre superhéroes y villanos, sino una oportunidad para reflexionar y especular sobre lo que le depara al hombre en términos científicos, sociales y espirituales. Por desgracia, el realizador parece que ha perdido el rumbo y ha terminado por caer en el abismo de la confusión que ha sumido al género en un largo y doloroso letargo. Chappie, su tercer trabajo, es resultado de ello, una patética historia con enormes pretensiones y carente de cualquier tipo de alma.
Volviendo al contexto sudafricano que desplegó en su excepcional ópera prima, Blomkamp nos presenta con Chappie un Johannesburgo en donde el crimen ha sido abatido en su mayor parte por una corporación llamada Tetravaal, gracias a su efectiva unidad policiaca conformada exclusivamente por robots. Diseñados para contener cualquier amenaza criminal, las unidades han vuelto a la ciudad un lugar muy seguro, y a la compañía una sumamente lucrativa. Deon Wilson (Dev Patel), su creador, está orgullo de ellos, pero su verdadero objetivo es mucho más ambicioso: crear la primera inteligencia artificial de la historia. Cuando uno de sus experimentos se ve interrumpido por una pandilla de gángsters empeñados en encontrar una forma de combatir a los robots de Tetravaal, Deon se ve obligado a entregar a los maleantes su más reciente e innovadora creación, un robot capaz de sentir, aprender y tomar decisiones, Chappie.
Para ponerlo en claro desde un principio, Chappie es un absoluto desastre. Es difícil creer que Blomkamp se haya descarrilado tan temprano. Sin algún tipo de creatividad, desastrosas actuaciones y una necedad por repetirse a sí mismo, el sudafricano ha fallado una vez más al tratar de contar una historia de genuina ciencia ficción.
Fue hace casi un par de años cuando supimos por primera vez de esta película. Enterarnos que el siguiente proyecto del director sería una especie de comedia acerca de un robot criado como un malhablado gángster y cuyos protagónicos serían nada más y nada menos que los irreverentes chicos de Die Antwoord sonaba arriesgado, pero no menos de lo que podíamos esperar de Blomkamp hasta este momento. Después vino por supuesto Elysium y su melodramática representación del inmundo futuro del humanidad. Apegándose a lo estrictamente convencional, esta obra falló principalmente por sus acartonados personajes y su simplona historia. Así, el cineasta daba señas de que algo andaba mal con su visión. Chappie es la confirmación de esos miedos.
Decenas de entrevistas a lo largo de estos años nos han dejado ver que Blomkamp no es de los que se deja ser manoseados por los estudios. Su renuencia a someterse a una idea creativa que no sea la suya lo ha alejado de minas de oro como la tan ansiada y hasta ahora escurridiza adaptación de Halo; sin embargo, parece que aquí está uno de sus grandes problemas. Su manera de contar historias no admite ninguna clase de crítica, por más constructiva que esta sea. No habría ninguna discusión si poseyera dotes dignos de un autor en toda la extensión de la palabra, pero parece que todo lo que tenía que decir se quedó en Sector 9, cuyos conceptos, conflictos y estilo han sido sobreexplotados en sus otras dos producciones.
En sí, Chappie tiene el mismo esqueleto que su aclamado debut. Bastantes de los personajes de esta cinta aparecen en esta ocasión disfrazados de manera distinta, pero ejerciendo más o menos la misma función. El protagonista que va en contra del reloj en busca de mantener su esencia, el miedo de una sociedad hacia lo desconocido y todo el asunto del personaje perseguido por ser distinto están de vuelta, solo que presentados de una manera muy pobre. Como si no fuera suficiente, Blomkamp se atreve a hacer una calca incluso de varias escenas y situaciones, como las primeras escenas estilo falso documental que nos ponen en contexto y que invariablemente nos hacen sentir que estamos viendo Sector 9 una vez más. Si miran con atención podrán encontrar una serie de similitudes que rayan completamente en la repetición (el gueto nido de mafiosos, la transformación de los personajes, la "climática" batalla final con máquinas involucradas, etc.).
Aunque está basada en un viejo corto del director, Chappie es lo que podríamos llamar un revoltijo de todo lo que Blomkamp ha hecho hasta el momento. Conceptos de Elysium, como el empleo de los robots como fuerza policiaca o la corporación "maligna", también aportan a los frágiles cimientos de este relato.
Está también todo el asunto de Die Antwoord. ¿Fue buena la decisión de hacerlos prácticamente los protagonistas? Yolandy y Ninja aparecen a cuadro con una versión extrapolada de su persona. El hecho de querer interpretarse a ellos mismos como verdaderos gángsters resulta incómodo, poco gracioso y nada convincente. Es notable lo forzado que se siente todo esto, como si Blomkamp haya querido incorporar a sus compatriotas como fuese, incluso si esto significaba comprometer el guión. Actuando como los "padres" de Chappie, cada uno establece su postura ante la llegada del robot. Mientras Ninja quiero convertirlo en una máquina de matar, Yolandi quiere darle el cariño y apoyo necesarios para hacerlo parte de su peculiar familia. Momentos como en el que esta última le lee un cuento o en los que Ninja lo enseña a caminar como un gángster o a maldecir no son más que ridículos. La inclusión de Die Antwoord es un pretexto para desplegar su imagen en un ambiente al que el director le pareció preciso para llenar un evidente vacío en su historia. Su llamativa vestimenta, iconografía, forma de hablar y artilugios son un mero distractor visual.
¿Y los demás personajes? Poco que decir. Deon irrita con el cliché de no dejar que nadie nos diga que no podemos hacerlo, Vincent (Hugh Jackman) y su supuesta maldad nunca cumplen con los requerimientos necesarios de un antagonista y ni hablar de Sigourney Weaver como la CEO de Tetravaal, quien aparece apenas un par de minutos para declamar unas cuantas y trilladas líneas. Sharlto Copley, como la voz de Chappie, es lo único rescatable. Su acento, palabras y tono encajan a la perfección con la imagen del robot.
Chappie nunca se decide sin ser un drama, una película de acción o solamente una comedia. Hay elementos de estros tres géneros, pero cuando la única secuencia de "tensión" ocurre hasta el final, las situaciones cómicas en realidad no son graciosas y ninguno de los personajes presenta un conflicto interno genuino es difícil poder distinguir qué es lo que estamos viendo. Ni siquiera los efectos especiales o el aspecto visual resultan impresionantes en esta ocasión.
El ADN de Robocop también puede notarse en este batidero, pero cuando en estos tiempos un remake de este clásico resulta más emocionante que una obra obra original, algo debe de andar muy mal con su forma de narrar.
Es una verdadera lástima que todo haya salido de esta manera. Neill Blomkamp demostró alguna vez de tener el talento para ser el revulsivo que tan desesperadamente este género necesitaba, pero cosas como Chappie o Elysium no ayudan en lo absoluto. Su nueva oportunidad viene con una nueva secuela de Alien, en la que definitivamente tendrá que trabajar con más cabezas para poder darle a los fans una rendición excepcional de uno de las historias de ciencia ficción más representativas de toda la historia.
Y sí, uno no sabía si reír o llorar con esos subtítulos.
No sé que opinen los críticos de la película. No soy experta en el tema, pero la verdad a mi me encantó. No sabría cómo expresar en palabras. Lo único que puedo destacar es que la he visto más de 10 veces en todo este tiempo y no me cansa ni me aburre verla. Sólo estaba esperando la 2da parte donde Yolandi vuelve como un androide. Sobre gustos no hay nada escrito. Saludos!
ResponderEliminarYo no la veo desde que salió. ¿Crees que cambiaría mi perspectiva al verla después de tanto tiempo? Ya me dio curiosidad.
EliminarLa verdad yo tampoco la he visto, pero creo que hay que darle una oportunidad.
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