Para hablar de esta película habrá que empezar por preguntarnos ¿qué es un güero? Justo al principio de esta, una entrada del diccionario de la Real Academia Española nos dice que un güero es un mexicanismo para nombrar a aquellas personas con piel clara o con cabello rubio. Por supuesto, cualquier mexicano sabe implícitamente que decirle güero a alguien tiene sus connotaciones: estatus social, privilegios, superioridad, etc... En Güeros, la ópera prima de Alonso Ruizpalacios, conocemos a un grupo de jóvenes que viven de lleno nuestra rota e inverosímil sociedad de una manera muy particular y haciéndose preguntas como ¿por qué decirle "güero" al rico? o ¿para qué unirse a un movimiento estudiantil del que no nos sentimos parte?
Tomás, un adolescente que vive en Veracruz, es enviado por su mamá al D.F. a vivir con su hermano Fede después de hacer una travesura muy seria. Mejor conocido como "Sombra", Fede (Tenoch Huerta) vive en un derruido departamento de la ciudad con su amigo Santos, ambos estudiantes de la UNAM, la cual se encuentra tomada por sus compañeros con motivo de una masiva huelga. Aburrido, desesperado y hastiado de la situación en la que viven su hermano y su amigo, Tomás busca algo que pueda distraerlo. Es cuando se entera en el periódico de la convalecencia de una estrella del rock nacional de antaño llamado Epigmenio Cruz que Tomás se decide salir finalmente a la ciudad y tratar de buscar al que ha sido su ídolo musical y el de su hermano.
Güeros es una especie de road movie que nos lleva a algunos de los más inhóspitos puntos de la monstruosidad de la Ciudad de México. "Sombra", el protagonista, es uno de esos habitantes que le tienen pavor, que no encuentran su lugar en ella y que carecen de cualquier motivación para salir y hacer lo suyo. A través de una serie de recursos visuales poco convencionales, Ruizpalacios nos presenta el entorno de Sombra como una prisión, un lugar del que no quiere salir, pero del que al mismo tiempo desea escapar. (¿Es este el sentimiento de cualquier capitalino?) A través de desorientadoras tomas, algunas bastante desagradables, y una notable agresividad sonora, el director trata de retar a nuestros sentidos y rápidamente establece la mayor preocupación de estos personajes: la insatisfacción total.
El viaje en búsqueda de Epigmenio Cruz los lleva a los 4 puntos cardinales de la ciudad a bordo de un destartalado vehículo. ¿Y quién es realmente para los hermanos este tal músico? "El que pudo haber salvado al rock nacional", dice "Sombra"; "el que hizo llorar una vez a Bob Dylan", asegura Tomás. Epigmenio Cruz es esa sensación de libertad y paz espiritual que acalla a todos los sonidos de la urbe y que nos puede ayudar a sobrellevar la vida en un lugar así. Su música, nunca escuchada en la cinta, es eso que buscamos que puede llenar nuestro vacío, o al menos eso es lo que creemos.
El road trip por la ciudad pronto pone otras temáticas sobre la mese y varias subtramas más alrededor de la búsqueda de Cruz. En la Universidad, "Sombra" Tomás y Santos se encuentran con Ana (Ilse Salas), una líder estudiantil y soñadora por la que "Sombra" siente algo más que amistad. Ahí también se encuentran con "Furia", otro líder estudiantil mucho más radical con ciertos delirios de grandeza. Es en estas escenas donde Ruizpalacios nos da una perspectiva del movimiento estudiantil, que por momentos se asemeja a una muchedumbre orgiástica tribal con todas esas fogatas encendidas, los cuerpos sudorosos rozándose frecuentemente, los tamborileos a todo lo que da y a su líder, "Furia", abalanzándose sobre la multitud desde lo alto y sintiéndose el Mesías de su pueblo. ¿Es Güeros una crítica a la desestabilización política? Se podría decir que no. Con lo anterior, el director invita al espectador al núcleo de uno de estos movimientos, en donde todo tipo de intenciones, personalidades y motivos conviven día a día. Los personajes, por otro lado, tratan de mantenerse a raya, incluso Ana, quien por momentos tampoco está segura de por lo que está luchando.
La cuarta pared es rota en un par de ocasiones insertando a Ruizpalacios en medio de la acción mostrando incluso la claqueta de la película y preguntando a cualquier individuo qué opinan acerca del guión de su obra. de esta manera, el realizador establece un claro vínculo con la ciudad a la que busca retratar y nos da una muestra más del sentir de sus habitantes, a veces idealistas y aveces totalmente desubicados.
La cuarta pared es rota en un par de ocasiones insertando a Ruizpalacios en medio de la acción mostrando incluso la claqueta de la película y preguntando a cualquier individuo qué opinan acerca del guión de su obra. de esta manera, el realizador establece un claro vínculo con la ciudad a la que busca retratar y nos da una muestra más del sentir de sus habitantes, a veces idealistas y aveces totalmente desubicados.
El viaje en auto también los lleva una fiesta en donde las cosas se vuelven mucho más meta. En la elegante velada, con un marcado ambiente esnob, los asistentes discuten sobre el verdadero significado de Güeros y de si realmente tiene un valor narrativo o si logra retratar al México de la actualidad. De manera ingeniosa, el director inserta a sus personajes en un momento metanarrativo en el que ellos mismos se cuestionan la relevancia de una película como esta. ¿Está el cine mexicano condenado a presentar la lastimosa manera en que vivimos? Claro que no, pero la generalización podría hacer que lo pensemos así.
Es aquí donde se vuelve a tocar lo mencionado al principio de esta reseña. Tras aventarse a la alberca del lugar, los guardias del evento pronto instan a "Sombra" y compañía a retirarse, no sin antes refiriéndose a ellos como "güeros". Santos, quien es el que más le perturba la palabra, se enfurece y arremete contra el hombre echándole en cara que no son rubios, ni blancos, a excepción de Tomás. Santos es esa actitud poco común del mexicano. Ana argumenta también que para eso son las albercas, para nadar. En otra parte de la historia, Santos se cuestiona el porqué del nombre del "desayuno continental", cosa que le parece completamente absurda. ¿Por qué llamamos a las cosas de otra manera? ¿Por qué no vemos las cosas como realmente son? ¿Por qué a veces hacemos cosas que no tienen sentido alguno? Es quizá la ciudad la que nos vuelve locos y retuerce nuestra percepción de las cosas.
Otro instante de la cinta nos acerca a esas miles de historias que ocurren en la ciudad y de las cuáles no tenemos ni la más remota idea. Cuando un ladrillo cae en el auto de nuestros personajes, casi haciéndolos chocar, "Sombra" y los demás no tienen idea de que el niño responsable de aventarlo prácticamente se vio obligado a hacerlo tras sufrir una serie de abusos por parte de otros niños tan solo unos momentos antes. "Así pasa a veces", aparece escrito en el barandal del puente peatonal desde donde el niño hizo su travesura.
SPOILERS ADELANTE
Los momentos finales de la película desubican todavía más a nuestros personajes de esta vorágine llamada Ciudad de México. Tras encontrar a Epigmenio en una pulquería de mala muerte, Tomás le pide amablemente un simple autógrafo, a lo que el músico se niega rotundamente con insultos y groserías; "Sombra", totalmente desconcertado, sale en defensa de su hermano y le explica a Epigmenio lo que él representaba para ellos, una especie de orden entre tanto caos. Inesperadamente, al acabar su pequeño discurso, los jóvenes se dan cuenta que el viejo se ha quedado dormido. A veces lo que buscamos no es lo que realmente creíamos que era, algunas cosas quizá nunca deberían de poder ser alcanzadas. Puede que eso es lo que nos mantiene vivos.
TERMINAN SPOILERS
Para muchos, estos atípicos héroes, los "güeros" bien podrían ser esa escoria de la juventud mexicana, los que no hacen nada, los que abandonan sus ideales, los que no quieren ningún cambio, etc. La obra puede incluso ser vista como una afrenta directa contra los movimientos como los que hoy llenan las conversaciones en las redes sociales. No es necesario defender este trabajo, pero lo único que Ruizpalacios pretende es dejarnos ver ese lado del joven mexicano que no busca unirse a un movimiento estudiantil para sentirse útil, que no pretende ser algo que no es, y que no le importa que le digan "prieto", sino simplemente tratar de existir entre tanto desorden. El debate está abierto.
Güeros no es una película perfecta. Tantas subtramas a veces parecen llevar a ningún lado y apenas una muy poca porción de la historia está dedicada a la trama principal. Algunos de los recursos, como el formato 4:3 o varios experimentos visuales parecen no tener un propósito definido. El hecho de que esté filmada en blanco y negro podrá también tener su crítica, pero este ha sido justificado por el director como una manera de establecer cierta atemporalidad en ella.
Se puede criticar también que los personajes no estén desarrollados del todo, pero esto parece ser un síntoma más. Su apatía y desinterés ante las cosas es una característica suya, no tienen mucho qué decir, no son nadie realmente, solo unos chicos más.
La selección musical y la cinematografía permiten empaparnos del folclor mexicano usando un estilo al que osadamente se le podría asociar con la nueva rola francesa. Las viñetas, los detalles y el viaje de los personajes son siempre acompañados por canciones representativas de nuestra cultura y tomas que buscan siempre volver la ciudad en un personaje más.
"Sombra", Santos, Tomás e Ilse son esa parte de la juventud mexicana que no buscan encontrar una razón de peso para seguir adelante. Aunque les den por llamarlos "güeros", ellos simplemente son como cualquier persona tratando de hacerse camino en la selva urbana. Güeros es una película sobre madurar en la que los protagonistas realmente no lo hacen, cosa que no necesariamente está mal.
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