A continuación la segunda parte de la reseña del Corona Capital, aquí la del sábado.
Sam Smith
Eran poco más de las 4 de la tarde, los terrenos del Autódromo Hermanos Rodríguez estaban seriamente estropeados y el lodo acaparaba buena parte del lugar. Por si fuera poco, la lluvia llegó mucho más temprano en esta ocasión. A punto de comenzar el set de Sam Smith, el cual contaba ya con una enorme presencia de espectadores, el agua cayó una vez más retando la paciencia y cordura de todos los presentes. Debido a esto, el show del inglés sufrió un retraso de casi media hora, la buena noticia fue que una vez terminado el pequeño diluvio, ya no se sabría más del agua por el resto del festival, aunque sí que el lodo haría de los suyas en su lugar.
Finalmente, ante un público empapado, pero deseoso de verlo, Sam Smith, protegido con una buena chamarra, saltó al escenario ante un júbilo generalizado. Así, apenas unos segundos después de haber comenzado a cantar, todo mundo se derretía ante la magnífica voz del cantante. Con pocos movimientos en el escenario, discreto, pero visiblemente emocionado por la respuesta de los suyos, Smith continuó con un set basado principalmente en su álbum debut, In the Lonely Hour, del cual pudimos escuchar grandes interpretaciones como "I'm Not the Only One", y la ya clásica "Money on My Mind".
Para variar un poco las cosas, Smith también presentó las colaboraciones que lo pusieron en el mapa hace unos meses, me refiero a "La La La" y "Latch", las cuales se llevaron la mayor respuesta de sus fanáticos. Curioso fue también la rendición de uno de los últimos éxitos de los Arctic Monkeys, "Do I Wanna Know?"
Como era obvio, el joven cantante cerró su breve, pero emocionante show con "Stay With Me", por la que seguramente alguien debió derramar alguna lágrima.
- Mejor momento: "I'm Not the Only One".
CHVRCHES
A estas alturas, el terreno frente al escenario Capital era ya un pantano en el cual era sumamente difícil moverse. Muchos decidieron ver a los escoceses de lejos, mientras que otros más aventurados sí completaron la travesía para llegar hasta el frente. Lauren Mayberry y compañía presentaron buena parte de su disco debut, The Bones of What You Believe, uno de los mejores esfuerzos del año pasado, pero que en vivo no cumple con su objetivo.
Todos los temas sonaban prácticamente igual a su versión de estudio; sin embargo, a pesar de que Mayberry clamaba estar muy feliz por estar aquí, la cantante lucía un tanto apática y hasta agresiva con el público. Ni siquiera los buenos visuales basados en su logo aportaban algo a su raquítico show.
"Under The Tide", en donde Mayberry dejó su lugar a Martin Doherty en los vocales, fue el único momento en donde la gente pareció emocionarse, pues este último logró darse cuenta que necesitaban de un poco más de intensidad en el escenario para salir adelante. De cualquier modo, ya era demasiado tarde. Con "The Mother We Share", CHVRCHES se despidieron y dejaron a todos a su suerte para salir sanos y salvos del "pantano".
- Mejor momento: ninguno.
St. Vincent
Del lado del escenario Corona Light las cosas estaban igual, era casi imposible llegar hasta el frente sin sumergirse en las toneladas de lodo, y aquí la gente sí se lo pensó dos veces, pues fue poca la audiencia que tuvo Annie Clark durante la hora de su presentación.
Acompaña de tres músicos más, Clark dio cátedra con todo un performance lleno de guitarrazos, locura y una gracia que solo la excéntrica artista emana. La otra chica que la acompañaba fue su cómplice durante toda la presentación, tanto siguiendo sus extrañas coreografías o dándole rienda suelta para que Clark perdiera la cordura mientras la respaldaba con sus melodías.
El set estuvo cargado sobre todo de sus últimos dos álbumes, de los cuales tuvimos buenas interpretaciones como "Cruel", "Birth in Reverse" y "Digital Witness".
Quizá la parte más bizarra del show fue cuando Clark se aventó al público quedando boca abajo y exponiendo su ropa anterior ante las cámaras. La seguridad tuvo que ir a su rescate, pero parecía que a esta no le gustó, pues trataba de zafarse y lo único que hizo al volver al escenario fue fingir una terrible agonía por haber sido separada de los suyos. Al final, Clark dejó contento al pequeño grupo que pudo observarla.
- Mejor momento: cuando Annie Clark perdió la razón.
Damon Albarn
Uno de los actos más destacados del festival fue sin duda Damon Albarn, quien abarrotó el mismo Corona Light ya entrada la noche. Con un catálogo como el que tiene este gran músico, sin duda resultaría fácil poder incorporar todos sus grandes éxitos con todos sus proyectos en un solo y gran set; sin embargo, el inglés opta por algo distinto, y es que en esta ocasión nos presentó, además de su nuevo material, los temas que seguramente deben de significar algo muy especial para él, no precisamente los hits, y que siguen más o menos el mismo tono de sus canciones como solista.
Fue así como "Spitting Out the Demons", canción de Gorillaz, abrió la presentación. Acompañado de The Heavy Seas, su nueva banda, y un coro que tuvo algunas intervenciones, Albarn demostró que es uno de los músicos extranjeros más queridos en el país. Muy contento, con gran energía y presumiendo las piñatas en forma de su cara y de la de los miembros de su banda que alguien les hizo, el prolífico músico mantuvo la completa atención de todos los presentes por toda una hora, tiempo que él mismo declaró como insuficiente para poder tocar plenamente.
De su aclamado disco debut tuvimos enormes rendiciones de los mejores temas. "Everyday Robots", y "Lonely Press Play" mantenían un ambiente de cierta calma, pero con todos los ánimos por arriba; mientras que "Heavy Seas of Love", la cual cerró el show de manera triunfal, y "Mr. Tembo", destacando el ukulele y la participación del coro, hacían saltar y cantar todo mundo.
Como si ya no tuviéramos suficiente del agua, Albarn se dedicó a mojar a los que se encontraban hasta el frente en varias ocasiones.
Al igual que Clark más temprano, el músico no tardó en acercarse a sus seguidores para cantarles al oído y hasta dejar que uno que otro lo acompañara.
"Tomorrow Comes Today" y por supuesto, "Clint Eastwood", tuvieron una enorme respuesta. En esta última, cada uno de los presentes cantó a todo pulmón el ya famoso coro mientras que el MC ghanés invitado lanzaba sus versos, distintos a los de la versión original de la canción, por cierto.
Aunque apenas y fue una hora de concierto, el set permitió la inclusión de un tema de Blur y uno más de The Good, The Bad & The Queen, los cuales sonaron bastante bien, sobre todo este último.
Hasta este momento, Damon Albarn era ya la gran estrella del Corona Capital, pero faltaba que cierto "güero" tuviera la última palabra.
- Mejor momento: cuando sonaron las primeras notas de "Clint Eastwood".
Beck
La primera vez de Beck en México solo pudo haber sido de esta forma, una noche llena de éxitos, recuerdos y pura fiesta.
Acompañado por una numerosa banda, entre las que pudimos encontrar rostros conocidos, como el del bajista Justin Meldal-Johnsen (ex-NIN) y Joey Waronker (Atoms for Peace), baterista, Beck rápidamente llenó de emoción a todos con "The Devil's Haircut". Finalmente había pasado, Beck estaba en México.
"¡Güero, güero, güero!" le gritaban y este no tardo en corresponder con una breve, pero emocionante interpretación de "Que Onda Güero".
El show de Beck tuvo todo tipo de momentos, emotividad con "Blue Moon", alegría absoluta con "Girl", baile desenfrenado con "Sexx Laws" y gran intensidad con "E-Pro". Además de la música, Beck no podía dejar de pasar la oportunidad y hacer reír a sus fanáticos con todo tipo de ocurrencias, como una graciosísima imitación de Michal Jackson al ritmo de "Billie Jean".
¿Qué más se puede decir? Beck es un gran artista. Como todo un veterano, el músico sabe cómo tratar a su público. Su concierto en el Corona Capital fue quizá lo mejor de este año no solo por la gran expectacuón que había de verlo por primera vez en el país, sino porque corroboró que es una de las grandes figuras del rock alternativo de las últimas décadas. Su versatilidad es innegable.
Es importante notar que no hubo un solo momento de letargo en su hora y media de presentación, pero si hay que hablar de una canción que haya sido coreada por todo mundo, esta tendría que ser "Loser", con la que todos nos declaramos perdedores aunque haya sido solo por unos minutos.
Antes de cerrar, Beck y su banda ofrecieron una maratónica rendición de "Where It's At", la cual sirvió como presentación de cada uno de los integrantes.
Finalmente, antes de salir del escenario, Beck literalmente cerró el mismo con una banda policíaca de escena del crimen, tal y como si uno hubiera ocurrido arriba del escenario, donde sus músicos ya se habían vuelto locos saltando uno sobre del otro.
- Mejor momento: "Loser" y el momento Michael Jackson.
Lykke Li
Cerca de la medianoche, el Autódromo parecía ya una auténtica zona de guerra y el escenario Bizco Club era el que presentaba los más grandes estragos, pues varias partes de la carpa estaban ya totalmente abnegadas.
Aquí, Lykke Li hizo su debut en México con un público que fue incrementando en tamaño conforme los demás escenarios terminaban actividades.
Durante una hora, la sueca hizo gala de su gran voz presentando sus más grandes éxitos, como "I Follow Rivers", "Get Some", "No Rest for the Wicked" y "Dance, Dance, Dance".
Siempre misteriosa, con poca iluminación, pero con un potente sonido, Li hizo vibrar a todos sus emocionados seguidores cerrando de esta manera una edición más del Corona Capital.
- Mejor momento: "Dance, Dance, Dance".
¿Cumplió entonces el festival con las expectativas? En cuanto al cartel, no se pudo haber pedido más. A pesar de que algunas bandas y artistas tocaron un poco menos e incluso con la cancelación de Massive Attack, pudimos apreciar a una gran cantidad de excelentes actos, los cuales tuvieron un muy buen desempeño en general.
Lo de los brazaletes sí fue un total fiasco. Fue una muy buena idea implementar un servicio de este tipo, pero la organización y posterior ejecución fue sumamente pobre. Ojalá se puedan replantear el concepto para el próximo año.
Y finalmente, la lluvia. No podemos culpar al festival de las inclemencias del tiempo, aunque los organizadores sí pudieron haber previsto la enorme cantidad de lodo que se acumularía, por lo que haber instalado otro tipo de estructuras para que los asistentes pudieran moverse un poco más fácil en las zonas más duras hubiera sido muy conveniente. En fin, nadie va a un festival a dormir en pétalos de rosas.
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