Seis años después de su última visita, Incubus regresó finalmente a nuestro país para presentarse de una vez por todas en solitario, cosa que no había sucedido hasta ahora en la capital. Y así, con la grandiosidad de una Arena Ciudad de México de su lado (aunque no con lleno absoluto), Brandon Boyd y compañía se entregaron una vez más a su publico mexicano, y esta vez, sí que lo hicieron a lo grande.
Incubus es una banda que si duda ya vivió sus mejores momentos. Hay quienes ya los consideran de antaño y como un acto al que debería entrar en la vergonzosa lista personal de gustos culposos; sin embargo hay que ser realistas, está claro que ninguno de los integrantes es un prodigio musical, pero hay que preguntarnos, ¿cuántas bandas pueden tener una lista interminable de éxitos y canciones que pueden ser coreadas por todo mundo? Pues sí, Incubus es una de ellas y temo decir que a pesar de tanto tiempo sus ganas y energía en el escenario siguen intactas.
Media hora después del momento marcado para el inicio, la aparición en la pantalla de un visual con un contador indicaba ya la inminente salida del grupo. Aunque era tarde, nadie parecía desesperado; de hecho, parece que cientos aprovecharon hasta el último momento para socializar y tomar su lugar, pues cerca del inicio el foro parecía un tanto desolado, pero justo cuando Boyd y sus compañeros tomaban sus lugares la Arena ya lucía con más vida y lista ahora sí para recibirlos. La breve pero inquietante "Quicksand" y la intensidad subsecuente de "A Kiss To Send Us Off" marcaron el inicio de la noche. El sonido era impecable y la gente reaccionaba de una manera formidable, los ingredientes estaban listos para tener un gran show.
"Megalomaniac" y "Nice To Know You", el primer corte de los varios que presentarían del aclamado Morning View, indicaban una sola cosa, la velada estaría lleno de éxitos, de gente coreando y marcada por un torbellino de intensidad constante. Cada guitarrazo de Mike Einziger sonaba muy bien y daba pie al frenesí total del público.
En cuanto al apoyo visual, la pantalla mostró casi por dos horas una serie de animaciones etéreas que realmente no tenían ninguna función mas que el mero adorno del escenario.
Temprano en el show, el grupo decidió traer un momento de calma con "Adolescents" y "Made For TV Movie", las cuales tuvieron un discreto recibimiento, sin duda este fue el lapso del concierto al que se le podría denominar un poco aburrido y sumido en el letargo. No me malentiendan, "Adolescents" es un muy buen tema, pero si veníamos a ver a Incubus, la mayoría pedíamos que los cortes de su último álbum, If Not Now, When?, apenas e hicieran su aparición.
Una gran sorpresa vino a continuación. "Circles" hizo vibrar nuevamente a todos los fanáticos, la combinación del característico riff y los golpeteos en la batería de Jose Pasillas II resultaban contundentes, Incubus quería demostrar que todavía saben cómo hacerlo en el escenario. "Love Hurts", muy coreada por cierto, resultó un gran preámbulo para otro álgido momento del show; "Anna Molly", el último gran éxito de la banda, nos dejaba claro que el compromiso de los californianos era absoluto, venían por todo.
"In The Company Of Wolves", otro tema de If Not Now, When?, volvió a bajar los ánimos y al mismo tiempo marcaba el final de la primera mitad, en la que las emociones viajaron por una montaña rusa, altos y bajos; afortunadamente, la segunda parte venía con lo mejor y con la promesa se mantenernos arriba todo el tiempo.
Era curioso como las chicas gritaban con más fuerza cuando Boyd se desprendía de su chamarra y playera en lugar de cuando uno de los más grandes éxitos de la banda se hacía escuchar.
Volviendo al show, "Mexico" era el momento esperado por todos. Acompañado solamente por Einziger y Chris Kilmore, quien se encargaría de unas cuantas secuencias, Boyd acaparó todas las miradas y las luces para entregar una de las interpretaciones más emotivas de la noche. Nos hubiera gustado todavía más una versión acústica como la del disco, pero nadie se puede quejar de la gran demostración que dieron. Notable fue cómo la gente comenzó a cantar con el vocalista al principio y al final lo dejaron solo para poder contemplar en todo su esplendor su gran ejecución.
Por supuesto, lo que viniera a continuación no podía decepcionar, y fue precisamente "Drive" la que volvió a poner los pelos de punta a todos. Como una de las más coreadas, el tema fue claramente el clímax del concierto. Ya con un Boyd con el torso desnudo, cantando a todo pulmón y con cada chica pensando que este último les cantaba especialmente a cada una, la atmósfera era peculiar pero también muy disfrutable para el sexo masculino.
Después de esta gran combo, más sorpresas estaban por llegar. "Have You Ever" y "Privilege", volvían a llenar de energía al público, pues los últimos temas literalmente les habían arrancado el corazón. Aunque no fueron tan impactantes como otros temas anteriores, estos sí que nos dejaban ver un lado más intenso de la banda.
Enseguida, "Are You In?", una muy grata sorpresa, nos dejaría apreciar la gracia de los demás integrantes; la exquisita línea de bajo de Ben Kenney, el gran inicio marcado por Pasillas y el genial scratch de Kilmore fueron los momentos destacados de esta asombrosa interpretación. Mi única queja sería la inserción de unas líneas de "Riders On The Storm", de The Doors, cerca del final, realmente me pareció sobrado.
"Dig", otra de las más esperadas, dio paso a "Vitamin", único tema del S.C.I.E.N.C.E. que hizo su aparición y el cual nos hizo recordar el tiempo en que Incubus se acercaba más al funk metal que al rock alternativo. Destacado fue nuevamente el scratch de Kilmore, que se fusionaba a la perfección con las percusiones de Boyd y Pasillas. He aquí uno de los instantes que más apreciaron los fanáticos de corazón.
Cerca del fin del set principal, no había mejor manera de terminar que con "Pardon Me", donde Kilmore se volvió a lucir, y "Wish You Were Here", los temas que sin duda han definido toda su trayectoria.
Un paréntesis antes de continuar. Aunque los años ya comienzan a vérsele a Boyd, su voz sigue intacta y llena de juventud, ojalá siga así por varios años más.
Continuamos.
Continuamos.
Una frenética rendición de "Sick Sad Little World" marcó el final del set, pero obviamente la banda todavía tenía una sorpresa preparada para todos.
Para el encore, Boyd salió con una guitarra para tocar junto a sus compañeros "If Not Now, When?", momento bizarro por cierto, pues resulta raro ver al líder del grupo con un instrumento.
Finalmente, "A Crow Left Of The Murder" significó el desenlace del concierto con una gran interpretación y al grupo dejando cada gramo de su espíritu en el escenario. La noche había terminado, Incubus dejaba demostrado que todavía no han expirado.
El concierto podría resumirse fácilmente como una noche repleta de éxitos, nostalgia y felicidad absoluta. Aunque Incubus sea un grupo que vive de sus viejas glorias, siempre hay tiempo para poder volver a revivirlas, y este no fue la excepción.
Comentarios
Publicar un comentario