"El Mayordomo De La Casa Blanca": una politizada mirada a la discriminación racial

Con apenas un puñado de películas en su haber, Lee Daniels ha logrado que su nombre tenga ya cierto peso en el circuito de películas independientes de los Estados Unidos. Quizá la más famosa de todas ellas sea Precious, aquella melodramática y sobrevalorada historia de una chica negra víctima de incontables abusos. Al igual que aquella cinta, El Mayordomo De La Casa Blanca vuelve a recurrir al asunto racial como principal temática trayendo de igual manera el melodrama más insoportable que se haya visto en pantalla este año.

La nueva película de Daniels narra la historia de Cecil Gaines (Forest Whitaker), un hombre que se vuelve un querido mayordomo al servicio de varios presidentes de los Estados Unidos. Abarcando desde su niñez hasta sus últimos años de vida, la historia aprovecha la situación para remarcar los distintas etapas que atravesó aquel país en cuanto a la lucha por los derechos de la raza negra.

La trama sigue toda la vida de Gaines: su niñez trabajando en un plantío de algodón en el sur del país, su juventud en la que trata de buscar un camino y su vida madura, la cual transcurre prácticamente al servicio de la Casa Blanca. Otra línea de la historia lleva su vida familiar, en donde Cecil se enfrenta a los cambiantes tiempos, sobre todo con la actitud de su hijo Louis, (David Oyelowo), un idealista joven que busca la igualdad de su raza intentando todos los caminos posibles. Su esposa, (Oprah Winfrey) y los mismos presidentes a los que sirve también influyen en algún punto de la vida del mayordomo.

Con todo lo anterior se puede descubrir rápidamente cómo habrán de cambiar los protagonistas a lo largo de la historia; Gaines descubrirá que su familia es mucho más importantes que su trabajo, su hijo jugará un papel muy importante en la decisión final del otro y le terminará dando la vuelta, y por supuesto, todo terminará bien para los protagonistas, y en efecto, estas son las grandes conclusiones a las que nos lleva El Mayordomo de la Casa Blanca.


Un hombre que atraviesa distintas épocas de su país tomando acción en acontecimientos importantes sin que estos todavía no lo sepan. ¿En dónde hemos visto esto anteriormente? Daniels y su guionista debieron haber tomado Forrest Gump como modelo; las cosas, por supuesto, no salieron tan bien. ¿Cuál es el gran problema de esta película? El director nos muestra solo una cara de la moneda. Aunque la supuesta diferencia ideológica de padre e hijo son las dos perspectivas del asunto de la discriminación racial, la verdadera postura de la cinta queda muy clara desde el principio y esta no tarda en alinearse con una orientación política más que evidente.

Cecil, por un lado, es un hombre que se quiere mantener al borde de las cosas; su hijo, por el otro, quiere formar parte de un cambio y trata de buscar varias alternativas que lo lleven a su objetivo. Los personajes que ha moldeado Daniels podrán pasar las peores desgracias, pero faltó bastante trabajo para que pudieran haberse convertido en algo apenas que podamos recordar, es difícil simpatizar realmente con alguno de los estelares.

Si bien la actuación de Whitaker es buena, esta no resulta algo tan extraordinario como algunos medios han reportado en los últimos meses. ¿Es realmente cautivador un personaje que se deja llevar por todo lo que pasa a su alrededor? Me parece que no.

El elenco de la producción es masivo. Cada presidente y varias de sus esposas, los compañeros de Gaines en la Casa Blanca y sus amigos conforman un reparto entre los que destacan actores como James Marsden, John Cusack, Lenny Kravitz, Terrence Howard, Robin Williams, Cuba Gooding Jr. y muchos más; sin embargo, ninguno ayuda realmente a aumentar el nivel de la película.

Hay poco más qué agregar, El Mayordomo De La Casa Blanca es un intento más de Daniels por llamar la atención pobremente, sin argumentos y con cosas que ya se han hecho en el pasado, una verdadera lástima.

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