Cuando los realizadores se encomiendan a adaptar un hecho del cual ya se sabe el desenlace, resulta todo un reto poder trasladar a la pantalla, en más de dos en este caso, todos los acontecimientos que llevaron a dicho final. La búsqueda y la consecuente eliminación de Osama Bin Laden son la trama en la que Kathryn Bigelow se basa en esta ocasión para entregarnos una de las historias mejor estructuradas de este año. Aunque todavía a la fecha nadie más que el gobierno de Estados Unidos sabe cómo se llevaron a cabo los hechos, si es es que realmente ocurrieron, la directoria y su guionista, Mark Boal, logran dramatizar a la perfección todo una serie de acontecimientos que no solo relatan concisamente los hechos que pudieron llevar a uno de los acontecimientos más comentados del siglo XXI, si no retratar en el proceso la extenuante obsesión de la mente maestra detrás de la larguísima operación.
Maya (Jessica Chastain) es una joven operativa de la CIA que se encuentra ante el reto más grande de su vida, colaborar en la búsqueda del enemigo número uno de los Estados Unidos, Osama Bin Laden, el terrorista detrás de los atentados del 11-S. Estacioanada en Medio Oriente, la mujer rápidamente se convierte en el centro neurálgico de toda la operación, no sin antes encontrar obstáculos dentro de la misma burocracia de su gobierno. En un lapso de tiempo de 8 años, Maya poco a poco comienza atando los cabos sueltos y a contextualizar pistas aisladas que terminan por conducirla a lo que podría ser el premio mayor y el logro más significativo de su corta carrera todavía, la posible localización de Bin Laden en un misterioso complejo en una pequeña ciudad de Pakistán.
Desde los primeros segundos en pantalla, Bygelow nos inserta en el mismo centro de la acción y en medio de una escena de tortura y humillación. La incomodidad es inevitable y nos hace dudar de con quién debemos simpatizar. Maya observa la escena mientras su compañero de la CIA, Dan, (Jason Clarke), aplica varios métodos cuestionables para sacar información a un desvalido prisionero árabe. Nosotros observamos con Maya, que cuando queda a solas con el prisionera, tenemos nuestra primera oportunidad de conocerla realmente. La piedad no existe, Maya solo le pide que coopere o el infierno continuará para él.
Durante todos los años que abarca la historia, nos topamos con un personaje muy bien trabajado, por parte de Chastain, Bigelow y Boal. Los tres se han encargado de dotar a una mujer ordinaria de una variedad de dimensiones. Desde la timidez y la confusión, Maya evoluciona hasta que la vemos con el poder en sus manos y con la persistencia que solo puede significar algo, todo el asunto es delicadamente personal para ella.
La tensión de la trama se acumula de una manera maravillosa, ya sea con los obstáculos burocráticos o con los movimientos del enemigo, no hay un solo momento en la historia en que algo no esté en riesgo. Durante los 8 años de la búsqueda, Boal y Bigelow nos llevan a también a través de los atentados en Londres de 2005 y en un lujoso hotel de Islamabad, Pakistán en 2008, en el cual, los realizadores insertan a Maya y y nos regalan una tremenda escena de supervivencia.
Durante el último acto de la cinta, se nos presenta una versión muy electrizante sobre el momento exacto de la captura de Osama. Grabada con poca luz, un poco de visión nocturna y viviendo la incertidumbre de los operativos a su máxima expresión, esta secuencia realmente destaca como uno de los mejores momentos de la cinta, a pesar de la poca resistencia que vemos de las pronto-por-ser-víctimas.
Cómo todos sabemos en qué termina toda esta historia, puede continuar con lo que ocurre después, un momento sumamente significativo en donde vemos a Maya encontrándose finalmente con el cadáver de Bin Laden, extraído por los infantes con éxito. El trabajo de casi una década llega a su fin, la muerte de un hombre resulta en el regocijo de toda una nación pero más allá del júbilo, se encuentra la paz interior de Maya y yo, al menos, me quedo con una duda. ¿Está viendo Maya a un hombre muerto o al gran premio de toda su vida? Interesante dilema.
El hiperrealismo y el estilo muy apegado al cinéma vérité que vemos en lapsos de la historia son otros de los aciertos de la película. A diferencia de Argo, La Noche Más Oscura profundiza en toda la situación y se arriesga en todos los sentidos. Aunque la cinta de Affleck es buena, se siente domada y cauta la mayoría del tiempo.
La pregunta es ¿podrá La Noche Más Oscura llevarse el gran premio de la noche en los Óscar dentro de una semanas? La moneda está en el aire.
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