Entre un misticismo único, una atmósfera envolvente y un carisma sin igual, Natasha Khan se presentó en el Teatro Kapital de Madrid ante un pequeño pero devoto público. Mejor conocida como Bat For Lashes; la intérprete inglesa, también de origen pakistaní, se pasó por la ciudad para presentar su seguramente-pronto-por-ser-nombrado-de-los-mejores-álbumes-del-año "The Haunted Man", el cual equivale a la representación más audaz, madura y concisa que hemos visto de Natasha hasta ahora.
El lugar, un famoso antro en Madrid con aspecto de un pequeño teatro, en donde realmente no existe una separación como tal entre público y banda/artista, resultó idóneo para la velada, que en primer lugar, vio pasar por su pequeño escenario a Race Horses, una modesta banda galesa que acompaña a Khan por su travesía europea actual.
De manera casi espontánea, la banda comenzó a tocar ante el puñado de espectadores que ya se encontraban presentes. Asustando a los que se encontraban ya justo en frente del escenario, el quinteto demostró rápidamente lo energético de su pequeña presentación centrada en su vocalista, un joven despreocupado que intentaba hacer sentir a sus oyentes cada una de sus palabras con algunos gritos, unos cuantos tamborazos y hasta un poco de aullidos Bajando incluso un momento para tocar rodeado del público, el chico galés pareció nunca tener miedo ni ningún tipo de preocupación. Con su banda, que se rolaban constantemente las posiciones en los instrumentos en un tamaño sumamente reducido, logró sortear muy bien la situación con un set de unas 7 canciones llenas de pasión y mucha emoción. Por momentos, el grupo emitía ciertas reminiscencias de The Smiths. Resulta muy recomendable escuchar esta nueva y fresca propuesta.
Así, unos minutos después y con un sobrio escenario adornado con unas cuantas linternas y dispuesto con todo lo necesario para los músicos de Natasha, la intérprete saltó al escenario entre gran ovación de los españoles
Con "Lillies", tema abridor de su más reciente producción, Natasha pronto demostró su versatilidad y sensualidad con cada uno de sus tenues pasos de baile, provocando todo tipo de halagos y aplausos.
Su banda, compuesta por 4 integrantes, también intercambiando posiciones entre secuencias, guitarra, piano y chelo, además de un baterista fijo, se vio fina en todo momento y siempre envolviendo a Natasha en un aura realmente exquisito.
"What's A Girl To Do?", de los pocos temas que presentó de su álbum debut, continuó el éxtasis del público y comenzaba ya a cantar a su lado de manera discreta. Las lúgubres notas del tema se hacían sentir en gran medida mientras Natasha parecía escurrirse en el escenario, como si fuera agua en vez de aire lo que había alrededor de ella, tales movimientos corporales derrochaban sensualidad por todo el recinto.
Con una sonrisa siempre en la cara y saludando a su público, Natasha se vio siempre contenta y con una actitud de lo más animada. Su atuendo, un vestido blanco largo que rozaba el suelo y que se transparentaba con las luces del escenario, dejaba no sólo ver su ropa íntima azul, sino una pureza realmente poco vista hoy en día en las intérpretes de esta magnitud. "Glass" y su gran línea de percusiones se conjuntaban de manera perfecta con los movimientos tribales que hacía la cantante y los alaridos que emitía en un momento de la canción. Poco a poco, esto se convertía en algo mágico.
Después de un momento un poco más íntimo en "Travelling Woman", en donde Natasha se puso al frente del piano, vino otro de los temas de su nuevo álbum. "Oh Yeah" nos mostraba una vez más a los movimientos tan hermosos del cuerpo de Natasha fundirse con la música, era como si cada nota activara una articulación en cada parte de sí misma. Con su gran y delirante voz, Natasha se ganaba al público ya.
"All Your Gold" puso a bailar a todos con ese ritmo tan hipnotizante y contagioso. Con versiones mucho más potentes a las que conocemos de sus álbumes, su grupo de excelentes músicos se encargaba de no perder ningún detalle y llevar un poco más allá cada una de las composiciones de Natasha, equilibrándolos entre algo con suficiente fuerza pero sin perder esa mística que tienen varios de sus temas.
Durante "Marilyn", "Horse And I", "Laura" y "Lumen" (bonus track de la versión de Itunes de su último álbum), Natasha llevó la presentación hacia un camino más introspectivo, en donde ella se llevaba toda la atención, por si fuera poco, generando un silencio sepulcral en el público que sólo la admiraba perdiéndose en su siempre sonriente rostro. Cabe destacar la poderosa interpretación de "Laura", acompañada sólo de las notas del piano que tocaba uno de sus músicos, Natasha demostró su faceta más vibrante y espectacular con la rendición de este gran tema, uno de los mejores de la noche.
Con la grandiosa presentación de "Prescilla" y una energética versión de "A Wall", el set principal llegaba a su fin con dos temas de su segundo álbum "Two Suns", "Sleep Alone y "Pearl's Dream", uno de sus más grandes éxitos, en donde hace unos años sacaba a flote su alter ego; Pearl, el cual, es la versión femme fatale de ella misma.
Tras una breve pausa, Natasha para presentar el momento cumbre del concierto con "The Haunted Man". Cantando en los primeros dos minutos del tema una manera muy dulce a un hombre cuyo sólo existe un viejo recuerdo, el tema va creciendo poco a poco con todo el acompañamiento de la banda, hasta que el baterista queda el sólo marcando un paso casi militar para dar entrada nuevamente a Natasha, cargando una vieja radio y haciendo sonar una grabación, quizá de ese fantasma al que la canta perdido en ningún lugar. Después, sus otros dos músicos varones entran para complementar la voz masculina y responderle a Natasha, creando así un ciclo sin fin en donde vivo y muerto nunca más se podrán tocar. Con la radio en alto y cantando a todo pulmón, Natasha termina de manera espectacular un show cargado de simbolismo y pureza, dejando atónitos a todos los espectadores.
Por supuesto, este show no podría estar completo sin "Daniel", el cual cerró el concierto de manera definitiva dejando a cantante y público satisfechos por igual; una noche inolvidable en donde la magia se hizo presente y donde Natasha entregó una pequeña parte de ella misma a todos los asistentes. Simplemente, increíble.
exelente
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