El mal dentro del hombre es un aspecto tan natural como el bien que pudiera existir en uno mismo. Esta dualidad perpetua es una característica infinita que el hombre lleva consigo desde tiempos inmemorables, no hay duda de que la condición humana es tan fascinante como perturbadora.
La directora inglesa Lynne Ramsey nos ofrece una interesantísima visión de esta cuestión y la presenta sin ningún tipo de inhibición o restricción. Tenemos que hablar de Kevin es una obra llena de tensión, significado y dilemas que cuestionan los mismísimos roles que hemos creado a lo largo de nuestra existencia.
Tilda Swinton interpreta a Eva, una intrépida mujer que sueña con el amor, con el mundo y con todo lo que espera allá afuera. John C, Reilly hace de su esposo, un fotógrafo ingenuo y tan ordinario como cualquier persona promedio.
A manera de flashbacks y con una narrativa sumamente compacta y muy poco convencional, Ramsey nos presenta la vida de Eva y de su familia. En el presente, la conocemos como una mujer asustada y perturbada, viviendo en algo parecido a la inmundicia y con una enorme mancha de pintura roja sobre su casa sin explicación aparente. En el pasado, nos topamos con una Eva llena de sueños pero que ve su vida truncada al enfrentarse a un episodio humano tan excepcional como intimidante: la concepción.
Ante el desafortunado incidente, Eva asume la responsabilidad materna inusitadamente, mientras que su esposo vuelca todo su amor ante la nueva criatura. Es aquí donde comienza todo, donde Eva ve al niño como una amenaza para todo lo que ella representa, el sentimiento materno brilla por su ausencia.
Durante el crecimiento de Kevin, conocemos el lado más oscuro de Eva, su comportamiento como madre es inusual y comenzamos a creer que el nacimiento del niño representa una maldición más que una nueva oportunidad de vida para Eva. ¿Es en verdad esto posible?
Basada en un libro del mismo nombre, Ramsey parece centrarse más en la figura de Eva y en un cuestionamiento que muy pocos se atreverían a hacer ¿Es el amor materno una costumbre más que algo natural? Durante la cinta, nos damos cuenta de algo no está bien en Kevin, el inexplicable odio hacia su madre que se acrecenta a través de los años comienza a perturbar la mente de Eva, al punto de creer que la maldad es natural en el chico.
Poco a poco comprendemos la situación presente de Eva. Mientras se encarga de limpiar la inmensa mancha de pintura roja sobre su cosa, intenta también deshacerse de esa carga, de ese suciedad que ha infectado su vida por un suceso tan trágico pero también tan liberador con el que Eva se enfrenta.
Usando recursos cinematográficos tan originales como perturbadores, Ramsey utiliza diversas metáforas e inunda su cinta con varias pistas que nos presagian un baño de sangre inminente. En la secuencia inicial, vemos a Eva por primera vez, antes de dar a luz, en la famosa Tomatada, rodeada de decenas de cuerpos humanos y empapada hasta los pies del rojizo vegetal. Su mirada lo dice todo, su preocupación es notoria; aunque es feliz, sabe lo que viene, sabe que vienen tiempos oscuros y que toda su vida será perseguida por la violencia y la ira, representadas en lo vivo y lo crudo del color rojo, presente durante toda la cinta y como un cruel recordatorio del funesto destino de Eva.
Las relaciones humanas expuestas en la historia son abominables pero nos hablan de una realidad humana sin apariencias en donde el amor no existe y donde a cada uno de los personajes se le ve expuesto de la manera más vil y frágil posible.
A todo esto ¿Podemos confiar en Eva? ¿Realmente es Kevin la representación del mal puro? Eva realmente nos da indicios de que así es y el final de la cinta puede responder a estas preguntas pero quizá también tengamos que hablar de Eva y el parecido tan contundente, en todos los aspectos, que guarda con Kevin.
Ramsey nos muestra un estilo visual realmente contundente que se mantiene siempre en lo referente a la violencia y con una narrativa que va y viene pero que nunca pierde el hilo. Los tonos rojos son constantes y guardan el significado previamente mencionado. No hay duda que que Ramsey no escatima en cuestiones morales y nos regala una obra excepcional que nos invita a reflexionar sobre algo de lo que no debería de hacerse pero que a veces, resulta necesario hacerlo.
De acuerdo contigo primo. Una excelente pelicula que sin duda no puedo esperar para leer el libro. Que actuación de Ezra y Tilda. Además no puedo esperar para ver a Ezra Miller en "The Perks of Being a Wallflower".
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