¿Ridículos?
¿Sobrevalorados? ¿Ilusos? Éstas fueron las etiquetas que los Horrors llevaron
por un par de años después que salieron a la luz con su controvertido álbum
“Stange House”. Pantalones mega ajustados, chamarras de cuero, peinados
estrafalarios; era así como se identificaba a esta banda inglesa, por su mera
imagen. Sin embargo, todo cambió.
¿Por qué me
encanta este grupo? Quizá su debut fue algo muy convencional como para
realmente sobresalir por su calidad musical pero después de escuchar temas como
“Moving Further Away” y “Sea Within a Sea”, sé que estos chicos gozan de ella
en abundancia.
¿Cuál era mi
expectación para la pasada noche de viernes? Sumamente alta. Viendo videos en
vivo de la banda, notaba cierta falta de intensidad, entusiasmo y entrega.
Sonaba bien, pero no para lo que pueden lograr. Afortunadamente, hace unos días
pude comprobar que los adjetivos mencionados hace un momento, se desbordaban
por doquier.
Todo comenzó a
la hora pactada, 11 pm, sin ninguna banda como telonera. Badwan, Hayward,
Cowan, Webb y Spurgeon salieron al escenario con la euforia total del lugar, y
al tomar cada una su posición, comenzó el sampleo de esos tambores tribales que
caracterizan a “Changing The Rain”. El público no dejaba de gritar y a pesar de
que el sonido sonaba algo saturado, pronto todos se rendían ante la agónica voz
de Badwan. No pudo haber comenzado mejor.
Inmediatamente
sabría que esto sería un recorrido por sus dos últimos álbumes, que se mezclan
a la perfección y resultan la musicalización perfecta para una historia de
terror y desamor.
Con grandes
guitarrazos, la banda presentó “Who Can Say”, uno de los mejores temas del
“Primay Colours” y que obtuvo una enérgica respuesta por parte de los
asistentes. Justo a la mitad de ésta, en el pequeño discurso de Badwan, la
gente cantaba con él: “And when I told her, I didn’t love her anymore, she
cried”. Sin duda una gran interpretación a pesar de los minúsculos problemas de
ecualización.
Continuando con
la intensidad del momento, Badwan y compañía ya tocaban “I Can See Through You”
que lograba mover a la masa de gente frente a ellos y crear una ola de cabezas
agitándose al ritmo de este vertiginoso tema. A mi parecer, uno de los mejores
de la noche.
Al ver a los
integrantes, podía notar que esta no era una tocada más, sino una excelente
oportunidad para ellos para conectarse con este público tan especial, leal y
afectivo que tanto nos caracteriza. Badwan demostraba porque es un artista; sus
ademanes, sus versos y sus arrebatos de estrella de rock al cargar el micrófono
con tanto estilo aumentaban la presencia de la banda. Por otro lado, Rhys hacía
lo suyo un poco más sutil con tremendos e hipnotizantes pasos de baile al mismo
tiempo de cargar su bajo.
“Scarlet Fields”
era el siguiente tema. Los sintetizadores de Cowan parecían no surgir en los
momentos adecuados, lo cual no demeritaba para nada el show pero no se lograban
percibir del todo. Éste tema y “Dive In”, que siguió inmediatamente después,
tornaban la noche por otro camino, uno más introspectivo y relativamente sereno
que pronto se vio interrumpido por “Three Decades”, en donde Badwan ya había
amarrado una bandera mexicano a su micrófono y cantaba desgarradoramente
invitando a sus seguidores “Forget, your regrets…”
La segunda parte
de su set principal estaba diseñada para realmente mostrar la calidad de cada
uno de los integrantes, los siguientes 4 temas hicieron de la noche,
inolvidable y extasiante.
Primero,
“Endless Blue” marcaba el tono con ese gran inicio tan psicodélico y
deslumbrante que cambiaba unos minutos después de iniciada a un garage crudo, directo
pero igualmente amigable. La altura y porte de Badwan me seguía dislumbrando.
Yo sabía que esa no era una noche más para estos ingleses.
“You Said” ya
dejaba escuchar los sintetizadores finalmente (debido a que son la columna
vertebral de este tema). Lo que le falta de intensidad a esta canción, le sobra
en emocionalidad, todos contemplaban atentos e inadvertidamente, Badwan y
compañía nos preparaban para el MOMENTO de la noche y de muchos, muchos años.
¿Por qué Sea
Within a Sea es una gran canción? La conjunción de sus instrumentos, sus
sonidos etéreos y terroríficos alaridos, su sombría letra o espeluznante tono
no significan nada ante la propia interpretación, ese momento en donde te
imaginas una historia, un mundo, una vida al escuchar cada una de las notas de
esta canción. Describir esto es tan fácil pero al mismo tiempo, me sumerge en
recuerdos de una gran experiencia y un mundo que sólo los Horrors pudieron
haber creado en mi cabeza.
Spurgeon marcaba
la línea con la batería, Badwan cantaba con el corazón y los demás
interpretaban una versión un tanto diferente al del álbum pero que resultaba
igualmente épica, devastadora y excepcionalmente lúcida que era rematada con
los grandes sintetizadores a la Portishead que Cowan hacía sonar.
Las lágrimas
fueron las protagonistas del momento y no cabe duda que no fueron derramados en
vano, su misión ya había sido cumplida, demostrar que el objetivo del tema y de
la presentación ya era todo un éxito, y todavía faltaba más.
“Still Life” era
otra muestra del poderío de la banda para emocionar e inesperadamente, resultó
ser el tema más ansiado y coreado de la noche. Cowan, Badwan y Rhys se llevaban
la noche haciendo que los sintetizadores, el bajo y los hermosos versos se
fundieran en uno y penetraran en las cerca de 3 mil personas presentes. Con las
emociones al tope, la banda se despedía momentáneamente.
Tras una ronda
de aplausos y gritos, los músicos no tardaron en regresar para dos temas más de
cada uno de estos grandes álbumes.
“Mirror’s Image”
comenzaba el encore para el beneplácito del público que una vez más saltaba con
la intensidad de momentos anteriores. Todo para dar paso a un épico momento más
y que terminó por demostrar la calidad de la banda con una interpretación por
más de 10 minutos de su completo tema “Moving Further Away”.
Ésta era la
oportunidad para que cada uno de ellos se luciera. La duela del José Cuervo
Salón se convertía ahora en una gran pista de baile y como era debido, todos
estaba moviéndose un poco más allá, hacia lo que los Horrors querían y por lo
que habían venido esta noche, para llevarse un pedazo de nuestras almas.
Hayward
finalmente resaltaba con su guitarra pero debo decir que este fue el momento
más tenso de la noche ya que un poco después de la mitad del tema, su condición
ya lo estaba a transportando a otro lado porque las notas que salían de su
instrumento ya eran incoherentes, muy arriba de sus compañeros y a punto de
desarmonizar todo la canción. Siento que por muy poco, Hayward arruina toda la
noche. Afortunadamente, pudo controlarse y antes de volar sus instrumento,
Badwan pudo terminar la canción con gran, gran astucia y majestuosidad.
Era así como los
Horrors se despedía del público mexicano nuevamente dejando muy claro quiénes
eran y cuál era su mensaje. Yo, por mi parte, puedo decir que éste es uno de
los mejores conciertos del cual he sido parte y que realmente han movido mis
sentimientos hasta el borde algo desconocido para mi. Gracias Horrors, por tan
hermosa velada.
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