X-Men: Primera Generación, cuando los reboots son necesarios

Ya entrada la temporada de las grandes producciones, Marvel estrena su segunda cinta del año. Quizá no tan esperada como Thor y Capitán América, la precuela de este equipo de superhéroes intenta darle un un nuevo respiro a la franquicia desde la raíz, desde el origen de los personajes y en general, a toda la esencia de la historia.
La trilogía anterior, que comenzó enfocánd
ose en Logan (Wolverine) terminó con una desastrosa pasarela de mutantes exóticos, combinando elementos de las historias del House of M (donde miles de mutantes pierden sus poderes) y el ascenso de Fénix (la oscura entidad que habitaba el cuerpo de Jean Grey). Parecía que lo que pudo haber tenido una decente continuidad, había quedado sepultado por la precipitación de los productores y la salida de Bryan Singer.
Esta vez, Singer funge como productor y a pesar de la baja expectativa que contenía esta película, creo que una vez más la saga se dirige por buen camino a pesar de contar con varios defectos.
La historia se sitúa en los 60's, justo en la parte más tensa de la guerra fría. Los mutantes han comenzado a manifestarse en todo el mundo y la mayoría viven con miedo y escondiéndose de la sociedad. La idea de situar la historia en esta época es sin duda un gran acierto, le da una atmósfera de misterio a la cinta y se puede rescindir el uso de avanzadas tecnologías como hemos visto en cintas anteriores de Marvel, en esta ocasión todo se centra en el crudo poder de los mutantes, en bruto y con un gran potencial.
La elección de los personajes pueda quizá ser muy al azar para los no fanáticos de la serie, sin embargo, creo también una muy buena idea el no haber incluido a los personajes más habituales como Cíclope, Gambito o Rogue, en su lugar de escogieron a mutantes menos conocidos y algunas sorpresas como Alex Summers (Havok), hermano de Cíclope.
El peso de la historia lo llevan, obviamente, Charles Xavier y Magneto. James McAvoy y Michael Fassbender hacen un buen trabajo al encarnar las jóvenes versiones de estos grandes personajes. De un modo, se puede imaginarlos nuevamente en la trilogía de McKellen y Stewart, con los mismos ideales y tratos similares. Contrario a esto, se ha indicado que la continuidad de las películas anteriores se ha visto rota por esta nueva trama, que moldeará a los personajes de una manera quizá un poco diferente.
Por otro lado, el elenco principal femenino se queda un tanto rezagado a comparación de sus estelares masculinos. January Jones (Emma Frost) parece más una máquina que un humano y su gran personaje creo fue desaprovechado de una manera monumental. Su aparición es similar a la de la Mystique de la trilogía anterior, en donde poco a poco termina perdiendo importancia.
La Mystique de este film, interpretada por Jennifer Lawrene es quizá un poco más profunda pero su carácter se ve fácilmente quebrantado por la sutil influencia de Magneto. Sabíamos que terminaría a lado de este hombre pero la manera quedó a deber.
Magneto se nos es presentado como un antihéroe, sólo en busca de su beneficio personal. Las escenas en las que lo vemos junto a Xavier intentan abordar toda clase de emociones, desde los momentos conmovedores hasta las situaciones cómicas en las que se ven involucrados pero me hubiera gustado ver a un Magneto más solitario y sanguinario. En general, casi todos los personajes cumplen con su cometido.
Mi única queja en cuanto a esto es Sebastian Shaw, el villano de la historia. Su antagonismo resulta desproporcionado aunque la manera en Magneto termina con él, es quizá uno de los momentos más importantes de la cinta, en donde también termina para siempre con la esperanza de una redención ante Xavier y ante sí mismo. Lo podemos ver con un juego de travellings y donde se puede imaginar la moneda también atravesando el cuerpo de Xavier.
La idea de reimaginar toda la serie es lo mejor que le puede pasar a los X-Men y aunque la historia puede quedar como una simple precuela para las películas anteriores, lo mejor sería continuar con lo que se ha construido aquí.
Vale la pena mencionar el formidable cameo de un gran personaje durante la mitad de la película y no olviden también buscar algunas caras familiares en el momento en que Xavier usar a Cerebro por primera vez.

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