¿Alguna vez alguien ha creído en Zack Snyder? Quizá sus películas pueda ser difíciles de olvidar y no por su calidad sino por su intrincado y sumamente vistoso mundo visual. No hay duda de que Snyder puede crear mundos fantásticos altamente impactantes y de algún modo, originales, a pesar de haber trabajado casi toda su carrera con material ajeno. Sin embargo, todas sus cintas han dejado mucho, muchísimo que desear diría yo.
Nos podemos remontar hasta su primer trabajo, El amanecer de los muertos, reinvención del clásico de zombies de George A. Romero. En ella, creo que se le da un respiro a las películas del género al incluir un poco de comedia y volver a los orígenes del gore estadounidense. Zombieland, El desesperar de los muertos y demás cintas similares le deben algo. Me atrevería a declarar que éste ha sido el único trabajo digno de mencionar para los anales de la historia del género. Sé que muchos me odiarán por esto.
Después vino 300, la ultraviolenta novela de Frank Miller que narra la batalla entre los supuestos 300 espartanos de la antigua Grecia y más de un millón de surreales guerreros persas. Para muchos, Snyder se mantuvo fiel a la obra al recrear un ambiente similar al descrito en la novela pero me parece que ésta vez, su intento fue desafortunado. Todos los clichés cinematográficos se desbordan al igual que los persas por los angostos pasos de las Termópilas. Un héroe valiente y gran ser humano, un villano con una mente tan retorcida como su cuerpo y una serie de batallas tan absurdas que no impactan del todo. Con las escenas finales en donde Leónidas muere heroicamente, Snyder se debió de haber proyectado a si mismo como un salvador del cine de acción, creo que más bien comenzó con su propio, lento y deshonroso asesinato.
La prueba de fuego llegó. Snyder se atrevería a hacer lo que Aronofsky y Greengrass dejaron por la paz. Una adaptación de la aclamada y monumental novela gráfica Watchmen, escrita por el controvertido y misterioso Alan Moore. La tarea era difícil, la complejidad de la historia y el delicado mundo que Moore había creado en su obra, resultaban sumamente complicados para llevarlos a la pantalla grande. Pasando esto por alto, Snyder se aventuró y empezó a filmar con el ojo crítico de los miles de fans sobre de él. El resultado: una película de más de dos horas de de duración tan aburrida y un tanto transgiversada que, nuevamente, instó a Moore a excluirse de los créditos finales. Snyder incluso se dio el lujo de cambiar al final sin ninguna razón aparante, quizá pensando que su obra se vería más real al eliminar el impactante final de la novela. Snyder 1 - El buen gusto 2
Con los Guardianes de Ga'Hoole, pasó sin pena ni gloria. Una cinta pretenciosa más que intentan ser una fuente de inspiración infantil. Obviamente, no fue bien recibida por la crítica ni por la taquilla.
Por último, tenemos este híbrido, plasta o no sé cómo
llamarlo, Sucker Punch. La premisa: una niña es internada en un hospital psiquiátrico por su padre con el motivo de practicarle una lobotomía sin ninguna razón bien argumentada. En este lugar conoce a cuatro chicas precoces que pronto se identifican con ella y en tan sólo unas horas, son las mejores amigas del inmundo hospital. Como antagonista tenemos al jefe de personal, Blue, un maniático y poco influyente hombre que no causa ninguna impresión en el espectador. Nuevamente y sin ninguna explicación, motivo o razón, Baby Doll (¿la protagonista?) recrea en su cabeza un mundo paralelo en donde el hospital es un lujoso burdel del que ella y las otras niñas forman parte y a su vez, en este mundo, Baby Doll crea otro aun más desorbitado en donde todos los géneros fantásticos se fusionan. ¿Cual es entonces el verdadero problema de la película?
Para empezar, a nadie le importa que este niña vaya a ser lobotomizada. No podemos esperar sentir simpatía o compasión por ella al medio minuto de comenzada la película. Hay que tratar a los personajes, conocer su historia, sus motivos, no sólo su cara bonita y supue
sta actitud de rebelde.
Después, tenemos sus bailes. Sí, sus bailes, al parecer, su arma más poderosa. Con ellos, transporta a las chicas y a sí misma a tierras imaginarias en donde tendrán que recuperar cuatro objetos misteriosos con el fin de escapar del horrendo manicomio. Para su suerte, un amistoso y sabio anciano les ayudará a cumplir su cometido. Cuatro objetos. El anciano habla de cinco, sin embargo, el último es un misterio. Si han visto cine quizá sepan cuál es el último y misterioso objeto.
Sucker Punch es una cinta hiper estilizada con un reparto femenino lleno de armas, faldas y toda clase de criaturas fantásticas. Me temo decir, Snyder, que esto dejó de funcionar hace décadas.
Con esta última cinta, Snyder ha caído en lo más bajo a pesar de trabajar con su primer material original. La trama, totalmente sin sentido, sin clímax y sin ningún desenlace no nos lleva a ningún lado quizá porque no trataba de hacerlo. Me pueden preguntar ¿Por qué no sólo disfrutar el deleite visual del que este realizador es quizá un maestro? Porque no. Porque no se trata de esto. No se trata de engañar al espectador y creer que es un idiota al pagar un boleto sólo para ver un "espectáculo visual". A la fecha, éste es la peor película que Snyder ha hecho y que yo haya visto en mucho tiempo. Absténganse de verla.
Como si fuera un premio, Snyder será el encargado de reinventar una vez más a Superman el año entrante bajo la producción del aclamado Christopher Nolan. Esperemos que la mano de este último influya más de lo pensando para evitar un desastre de proporciones cósmicas.
Amigos, no crean en Zack Snyder. No dejen apantallarse y sigan su vida, creo que podría ser más impactante que ver una de sus películas.
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