Crítica - El Sabor de la Vida: cocinar como una forma de llegar al alma de los demás

Hay quien dice que el ingrediente secreto de un gran platillo es el corazón con el que se elabora, y tal parece Trần Anh Hùng (El Olor de la Papaya Verde) está de acuerdo con ello. En El Sabor de la Vida (La Passion de Dodin Bouffant, 2023), el director francés de origen vietnamita nos invita a la cocina para ser testigos de cómo la pasión culinaria de una mujer se traduce en los más sofisticados y suculentos platillos. Disfrutar de hacer las cosas es lo que el realizador quiere que veamos, pero, aunado a ello, más allá de los sabores y los aromas de esta fascinante comida, nos pide también que sigamos con atención el vínculo afectivo que surge de la rutina, de entregar cuerpo y alma a una actividad junto alguien que pone la misma energía. Si bien la recompensa que viene con el platillo fuerte no es igual que la de la entrada, la dedicación que transmite esta obra resulta suficiente para quedar satisfecho con el menú.

El Sabor de la Vida critica
Imagen: Curiosa Films, Gaumont, France 2 Cinéma, Umedia

Ganadora del premio a Mejor Director en la pasada edición del Festival de Cannes, y elegida entre una gran controversia sobre Anatomía de una Caída (Anatomie d'une Chute, 2023) por la Academia Francesa como representante oficial del país en la reciente entrega del Óscar, el filme se entiende, inicialmente, como una inequívoca exaltación de la gastronomía francesa, una de las mejores del mundo según los expertos. Cada cuadro, personaje o situación derrocha una celebración de lo que significa ser francés, y con eso no queda duda de por qué fue escogida para buscar una nominación en los Premios de la Academia. Sin embargo, esta representación tan obvia le vino en contra, pues no solo no cumplió el objetivo de quienes tomaron la decisión, sino que estos tuvieron que tragarse su orgullo al ver cómo Anatomía de una Caída relegada, supuestamente, por los comentarios de la directora Justine Triet en contra de las políticas de su gobierno obtuvo varias nominaciones, un Óscar y el aprecio del mundo cinéfilo en general.

Pero suficiente de política. El Sabor de la Vida, de hecho, es una buena película. Si bien su propuesta es simple, el veterano Trần Anh Hùng hace de esta un deleite, principalmente, con el apartado visual. La fotografía de Jonathan Ricquebourg es el ingrediente principal; la forma en que mueve la cámara permite que nos sintamos presentes oliendo y saboreando los alimentos que se preparan en la más cálida de las cocinas rústicas. La iluminación también es clave, ya que la luz natural eleva enormemente la atmósfera y le da un je ne sais quoi a cada uno de los platillos y a la actividad como tal de cocinar. La ausencia total de música, igualmente, es importante en este sentido; el silencio nos deja concentrarnos por completo en lo que estamos viendo, además de que no "endulza" ningún momento en particular. La secuencia inicial, en la que vemos por casi media hora cómo los protagonistas preparan una comida de lujo para unos selectos invitados, brinda placer y una inusual paz de principio a fin. Es todo lo contrario a lo que ocurre en El Oso (The Bear, 2022 - ), donde el caos y la presión, casi siempre, reinan en la cocina.

El Sabor de la Vida critica
Imagen: Curiosa Films, Gaumont, France 2 Cinéma, Umedia

Es en la historia romántica aquí desplegada que la cinta no impresiona de la misma manera. Trần Anh Hùng plantea un romance entre Dodin (Benoit Magimel), un apasionado de la comida y la bebida, y Eugénie (Juliette Binoche), la mujer madura que cocina para él y sus amigos. La idea de que el amor o el afecto es otro ingrediente se transmite aquí como una especie de conversación entre cocinero y comensal. Casi como una relación íntima, el placer es el resultado de esta interacción. La película brilla cuando se inclina por lo anterior, pero en distintos momentos lo deja de lado, decantándose por un trillado romance cuyo desenlace es más que predecible. Si bien las actuaciones de Binoche y Magimel resaltan el aspecto humano del relato sobre todo al saber que ambos actores fueron pareja en la vida real hace más de 20 años—, lo ordinario del asunto no termina por convencer. 

El Sabor de la Vida critica
Imagen: Curiosa Films, Gaumont, France 2 Cinéma, Umedia

El Sabor de la Vida es mejor cuando habla sobre las relaciones humanas a través de los alimentos que cuando presenta como tal las relaciones humanas. Trần Anh Hùng expresa el arte culinario con un tacto delicado; el cuidado en cada una de las tomas que capturan la forma de los alimentos es notable. La armonía que proyecta el filme se equilibra muy bien con la parte intelectual de la cocina y todo lo que implica convertirse en un cocinero o cocinero profesional, como queda demostrado con la subtrama alrededor de la joven aprendiz de los protagonistas, quien no puede dejar de pensar en continuar puliendo sus habilidades. Al final, la cinta nos recuerda la importancia de preparar una buena comida, porque no hay prueba de afecto más grande que cocinarle a alguien especial.

El Sabor de la Vida está actualmente en cartelera.

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