En el viejo Japón, Kubo es un joven que vive con su madre enferma en la cima de una montaña. Todos los días, el niño baja a la aldea para montar su espectáculo callejero, el cual consiste de traer a la vida distintas figuras de origami con la magia de su guitarra y contar historias de viejos y valientes guerreros con ellas. Este siempre tiene que regresar antes del anochecer, pues sus malvadas tías hechiceras, bajo las órdenes de su abuelo, no pararán hasta encontrarlo y hacerlo uno de los suyos. Una noche, Kubo desobedece al acudir a un ritual con la esperanza de comunicarse con su difunto padre y es así como sus tías logran encontrarlo. Su madre logra salvarlo y con su último poder le otorga una nueva oportunidad de seguir con su camino y encontrar una armadura legendaria con la que podrá vencer a sus perseguidores. Acompañado de dos misteriosos guerreros animales, un simio y un escarabajo, que han jurado protegerlo, Kubo se embarca en una aventura que pondrá a prueba sus habilidades y su lado más humano.
En su breve historia, Laika se ha distinguido por el toque artesanal en sus obras. Cada una de ellas ha superado a la anterior en el aspecto visual colocando la vara aún más alto en cuanto al stop motion se refiere; por si fuera poco, la mayoría de ellas nos han presentando narrativas de maduración con protagonistas juveniles que ciertamente ponen sobre la mesa cuestiones que no solemos ver a menudo en la animación comercial. Pero Kubo y la Búsqueda Samurái simplemente ha llegado a otro nivel y deja en claro que todavía no habíamos visto el potencial completo del estudio.
Por primera vez desde su fundación, Travis Knight, presidente de la compañía y animador en jefe, se sentó en el banquillo del director para supervisar cada detalle de la producción y concebir este esfuerzo manteniéndose más cerca que nunca. El resultado no pudo haber sido mejor, la cuarta película de Laika es claramente lo mejor que han hecho hasta el momento e igualmente una de las mejores del año en cuanto a animación se refiere.
Vale la pena resaltar cada aspecto de la cinta. Podemos hablar primero de los personajes, quienes sin duda son los más memorables que Laika ha creado. Kubo, un valiente adolescente sin la oportunidad de vivir tranquilamente, lidera a un grupo de encomiables guerreros que harán lo que sea con tal de salvar al pequeño. ¿Y quiénes son estos valerosos viajeros? Nada más y nada menos que un simio y un escarabajo. El simio, un ejemplar femenino por cierto, es la principal guía de Kubo y decidida guardiana de su destino. Como maestra de las artes marciales, esta se ha jurado a sí misma a usar sus habilidades para defender al niño de sus tías; sin embargo, su mal carácter, la poca paciencia y la seriedad con la que se toma el asunto la convierten en un personaje tan gracioso como de armas tomar. El escarabajo es su antítesis. Maldecido y encerrado en el cuerpo de este animal, el alguna vez samurái se toma todo muy a la ligera y pretende improvisar en el camino, cosa que enerva la sangre del simio. Pero al trabajar en equipo, el trío se convertirá una fuerza combativa implacable.
La aventura de Kubo es una majestuoso épica con implicaciones nada más que personales. Su abuelo no busca conquistar el Japón o conseguir un poder ilimitado, sino simplemente tener al nieto a su lado y mantenerlo ajeno al terrible y venenoso contacto de la humanidad. Pero la madre de Kubo, quien ha sacrificado su salud física y mental para mantenerlo a salvo, le ha enseñado que el mundo vale la pena a pesar de todo y que hay cosas hermosas por las que todavía se puede luchar. Y a pesar del delicado estado de su madre, Kubo ha encontrado en sus relatos mágicos protagonizados por figuras de origami una manera de contar las maravillas que el hombre puede llegar a hacer; desafortunadamente para él, la amenaza de la noche le impide terminarlos en cada ocasión. Su inesperado viaje será la oportunidad de darle el esperado desenlace a su propia historia, una que siempre ha querido ser escrita por los demás.
Pero Kubo también habla de la redención y cada uno de los recuerdos que nos han conducido por un camino del que quizá nunca esperamos ser arrastrados. SPOILERS ADELANTE. Durante el viaje, el escarabajo, quien tiene problemas de memoria, finalmente recuerda su verdadera identidad, Hanzo, el padre de Kubo. La súbita revelación le hará dar su vida por aquellos a quienes ama, incluida el simio, quien en realidad es la reencarnación de su madre que usó lo último de su magia para cuidar a su hijo en esta peligrosa aventura. Al percatarse completamente de su pasado, cada miembro de la familia por fin puede escribir el último capítulo de su historia, justamente el que querían. Por otro lado, el Rey Luna, cuando finalmente es vencido por Kubo, atestigua de primera mano la bondad y amabilidad de los aldeanos a quienes ha aterrorizado. El abuelo no recuerda nada de lo sucedido, pero cada uno de los habitantes comienza a crear una serie de gratas memorias que de pronto le devuelven la esperanza. Después de todo sí haya algo bueno entre los hombres. TERMINAN SPOILERS.
Con una maravillosa mezcla entre CGI y stop motion, Kubo y la Búsqueda Samurái es una conmovedora exploración del heroísmo que puede surgir de cada uno de nosotros. Visualmente esplendorosa y sumamente emotiva, la cinta es una contundente demostración de lo que la manos de un grupo de artistas pueden hacer, un pequeño mundo lleno de vida inspirado en una cultura milenaria en donde la espiritualidad es pieza clave de la existencia.
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