Avengers: Infinity War, la nueva épica de Marvel

10 años y 18 películas después, el Universo Cinematográfico de Marvel ha llegado a la conclusión de su primer gran arco narrativo. Tras más aciertos que errores y la realización de una idea que otros estudios han intentando imitar y que ninguno ha conseguido con éxito, Marvel finalmente ha logrado reunir a todos sus superhéroes en una titánica producción que emerge no solo como una de las más ambiciosas de toda la historia, sino como el sueño de todo fanático de los cómics. En Infinity War, los fans se embarcan en una odisea en la que los personajes que han acaparado la pantalla grande aparecen nuevamente para ponerle fin a una historia con un final difícil de predecir, pero que indudablemente significará un parteaguas en este gigantesco proyecto que comenzó ya hace mucho tiempo.

Thanos (Josh Brolin), un poderoso ser obsesionado con brindar equilibrio al Universo, ha decidido  finalmente reunir las Gemas del Infinito, las cuales pueden convertir al poseedor en un ente omnipotente. Custodiado por sus temibles hijos adoptivos, Thanos monta distintos ataques para conseguirlas, varios de los cuales han sido dirigidos a la Tierra, lugar en donde se encuentran un par de ellas resguardadas por los protectores del planeta, los Avengers. Cuando estos son alertados de la inminente llegada del supervillano, Tony Stark (Robert Downey Jr.), Doctor Strange (Benedict Cumberbatch) y Bruce Banner (Mark Ruffalo), conscientes de la amenaza, forman  la primera línea de defensa, misma que se rompe fácilmente. Mientras Stark trata de impedir que Thanos y sus generales se hagan con una de las gemas, los demás superhéroes, repartidos en distintos puntos, se encontrarán con el embate extraterrestre y defenderán a toda costa otra de las Gemas para evitar un genocidio.


Los hermanos Russo, responsables de haberle dado un giro tanto narrativo como en el tono a este universo, regresan con lo que algunos llaman su obra cumbre, pero quizá los más asiduos seguidores de El Soldado del Invierno diferirán. De cualquier modo, los directores han logrado darle coherencia, ritmo y atractivo a una historia que pudo haberse salido de control de muchas formas. Y vaya que tenían un enorme reto por delante, pues manejar a un nutrido grupo de actores mega populares y darles el tiempo suficiente en pantalla para no decepcionar a los fanáticos no era cosa fácil. Junto a sus guionistas, Christopher Markus y Stephen McFeely, los Russo probablemente no tienen en sus manos la más espectacular cinta del Universo Cinematográfico de Marvel, pero sí la mejor que se pudo tener teniendo en cuenta los enormes riesgos de por medio.

La reunión de prácticamente de todos los protagonistas de las películas de los Estudios Marvel implicaba tomar decisiones importantes para no saturar la pantalla, es por eso que la trama se ramifica enviando a varios grupos de superhéroes a conseguir distintos objetivos que contribuyan a la lucha contra Thanos. Esto finalmente nos permite ver colaboraciones soñadas desde hace algunos años, como al pícaro de Rocket (Bradley Cooper) trabajando mano a mono con un lastimado Thor (Chris Hemsworth), o al metódico Strange con el engreído de Stark. Las combinaciones son muchas y los resultados son tan hilarantes como emocionantes. Verlos pateando el trasero de feroces y violentos alienígenas es todo un placer.


Si bien la mayoría de los personajes carece de un desarrollo relevante, algunas relaciones ya establecidas en cintas anteriores llegan a un nuevo nivel, como el vínculo romántico entre Star-Lord (Chris Pratt) y Gamora (Zoe Saldana), quien emerge como una de las figuras con más tiempo en pantalla y con más importancia para la trama principal dada su relación con Thanos. También están Iron Man y Peter Parker (Tom Holland) cuyo lazo se fortalece al embarcarse juntos en una nueva y peligrosa aventura. A pesar de su renuencia, Stark se convierte en una figura paterna y un mentor para el joven superhéroe. Si hay alguno de lo superhéroes que destaque en solitario es Strange, pues sus intervenciones son puntuales y valiosas, nos enseñan todo su poder y nos hace involucrarnos finalmente con él, cosa que su filme en solitario no pudo hacer. Pero la verdadera estrella de esta película es Thanos, el mejor villano que haya aparecido hasta ahora en el Universo Cinematográfico de Marvel.


Los papeles antagónicos han sido el gran mal de las cintas de Marvel en general. Unos cuantos han logrado salvarse y solo un par han sido memorables. Thanos es todo un hito, pues se trata del contrincante más formidable que los Avengers hayan enfrentado. Su esencia representa también un reto para el espectador, ya que su trasfondo y motivaciones lo humanizan al grado incluso de empatizar con él de alguna forma. Ya en Pantera Negra habíamos tenido trazos de un villano cuyos brutales mandatos no eran más que un medio para un buen fin, al menos para quienes representaba. Thanos aparece como una fuerza imbatible con intenciones que pueden ser catalogadas como nobles desde un punto de vista, a pesar del genocidio que amenaza con cometer. De cualquier manera, su acertada caracterización nos permite entender su máximo deseo, así como su difícil relación con Gamora al ser su hija adoptiva. Thanos brilla haciendo frente a los superhéroes que entorpecen su misión y también demostrando su lado más vulnerable, el cual resulta decisivo para llevar a cabo sus planes.

Infinity War no es oscura, pero el final representa el momento más devastador en este universo. La desolación es incontenible; los silencios, abrumadores, y una sensación de confusión e incredulidad pueden ser apreciados en los rostros del público una vez terminada la película. La comedia y la acción siguen ahí, pero el drama parece haber llegado a su punto más alto justo cuando los créditos comienzan a salir. Ver a estos superhéroes afrontar pérdidas que por ahora lucen irreversibles es algo nuevo para ellos. Anteriormente los habíamos visto lidiar con la partida de algún familiar o ser querido, pero verlos desplomarse ante la derrota de un compañero es lo que ha roto el corazón a millones de fanáticos alrededor del planeta. Nunca antes un proyecto de Marvel había concluido en una nota como esta.


A fin de cuentas, no cabe duda que los hermanos Russo se han colocado como individuos clave dentro del desarrollo de este universo. La cuarta entrega de Avengers, a estrenarse el próximo año, dará por concluida esta fase y toda una época para el cine de superhéroes. Después de ver Infinity War podemos estar tranquilos. Los directores han demostrado ser capaces de manejar y moldear la personalidad de este grupo de personajes para acomodarlos, en mayor o menor medida, a una gran narrativa que promete un desenlace explosivo y un nuevo comienzo, el cual indudablemente tendrá algunas bajas. Los próximos meses serán duros y llenos de especulaciones, pero seguramente ninguna de las locas teorías que ya están cocinando coincidirá con lo que los Russo y sus guionistas han preparado para este gran final.

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